Por octava vez consecutiva,
investigadores de salud mental, psiquiatras y familiares de pacientes han dedicado una jornada para
intercambiar impresiones y problemas con el objetivo de avanzar conjuntamente hacia un mejor tratamiento de los pacientes con trastornos mentales. Un evento donde los expertos han puesto de manifiesto la necesidad de avanzar en el estudio de los
factores de riesgo genéticos combinándolos con los factores ambientales y donde se ha reclamado la
creación de fármacos derivados de sustancias adictivas para tratar con mayor éxito a los pacientes con patologías duales.
Manuel Martín Carrasco detaca la importancia de tender puentes entre investigadores, clínicos y familiares de pacientes.
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“Es
muy importante que haya una comunicación entre la sociedad científica, los investigadores y los familiares de las personas afectadas para intercambiar sus experiencias y que vayan surgiendo los problemas a tratar y qué soluciones se pueden ir dando desde la investigación.
Es una jornada fundamental”, destaca Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepesm) durante su presencia en el VIII Encuentro entre investigadores en salud mental, pacientes y familiares.
Para Martín Carrasco es “trascendental" facilitar estos puentes. "Normalmente, cada uno está un poco en su nicho debido a las necesidades del día a día.
Estos puentes de intercambio son necesarios. La interrelación común está ahí porque el investigador realiza su labor para poder ofrecer una solución, el clínico traslada esos adelantos a la práctica clínica y el usuario busca beneficiarse de ello. Pero es cierto que en el día a día cada uno está un poco a lo suyo. Por eso estas jornadas son clave y las seguiremos haciendo en el futuro”, detalla el especialista.
Desarrollo de fármacos basados en sustancias adictivas
La patología dual es uno de los temas que más preocupa a los familiares de los pacientes, quienes en los últimos tiempos han visto un
aumento de las adicciones entre sus parientes con trastornos mentales. Algo que según Miguel Casas, catedrático de Psiquiatría y psiquiatra en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona se debe a una mayor
autonomía, automedicación y falta de tratamiento adecuado.
“Lo primero que debemos preguntarnos es si es primero la patología psiquiátrica o la droga. Esto es muy importante para entender qué les sucede a los pacientes. Por ejemplo, si consumes mucho cannabis, la posibilidad de tener un trastorno psicótico es muy grande”, explica el especialista, quien, al mismo tiempo, reconoce que
del abuso de las sustancias puedes pasar a tener un trastorno, pero no es lo habitual.
“Son los
trastornos psíquicos los que incitan al consumo de las drogas porque la mayoría de ellas poseen
importantes efectos ansiolíticos, antidepresivos y antipsicóticos, susceptibles de mejorar la psicopatología de los pacientes psiquiátricos. Esto son conductas de automedicación", explica el psiquiatra.
En ese sentido, Casas alude a la conocida como
hipótesis de la automedicación en drogodependencias. “Es una alternativa científica a la hipótesis del vicio. Esto va en contra de aquellos que aseguran que sin voluntad no se pueden dejar las adicciones.
Estos pacientes no son viciosos, su adicción no está sujeta a su voluntad. Ellos tienen derecho a la salud, si la Medicina no le resuelve el cuadro psicótico o si lo hace los efectos adversos lastran su calidad de vida, se deben
encontrar otras vías”, reivindica el especialista.
"No se trata de dar drogas, pero si desarrollar derivados farmacológicos. Este es realmente el futuro"
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Para Casas, el uso de fármacos basados en sustancias adictivas es el futuro de las patologías duales: “Se están investigando nuevos
psicofármacos basados en drogas que ahora mismo hacen faltan. Hay que aprovechar el potencial que tienen estas sustancias. Por ejemplo, en estos momentos hay estudios muy serios que aseguran que se va a introducir en unos años el estasis como un potente antidepresivo”
El especialista no entiende por qué si este tipo de fármacos se usan para el dolor no les dejan usarlos en Psiquiatría. “No por estar en el grupo de pacientes vulnerables debido a su patología mental se le tiene que privar sus derechos y óptima calidad de vida. Esto no hay que abordarlo con un programa de reducción de daños. Sí, como
un verdadero tratamiento psicofarmacológico. No se trata de dar drogas, pero si desarrollar derivados farmacológicos. Este es realmente el futuro”, reivindica Casas.
Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española De Psiquiatria y Salud Mental; y Miguel Casas, psiquiatra del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
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El reto de integrar aspectos genéticos y ambientales
Uno de los aspectos novedosos y destacados tratados durante la Jornada ha sido la inclusión de la genética en la prevención de trastornos psiquiátricos. Según ha explicado la bióloga e investigadora del CIBER de Salud Mental (Cibersam), Mar Fatjó-Vilas, gracias a los avances en el estudio de los genomas humanos y el AND ahora se pueden detectar cuáles son las
particularidades de los individuos que suponen factores de riesgo biológicos que les predisponen a desarrollar un trastorno mental.
Antes de su exposición, Celso Arango, también investigador del Cibersam, ha destacado el gran avance que ha cosechado la genética en la Salud Mental. "Siempre aludimos a las limitaciones en salud mental y las dificultades para encontrar avances rompedores y, precisamente
, la genética en salud mental ha tenido un desarrollo revolucionario. Hace 15 años conocíamos un 1 por ciento de la etiología de los casos y ahora el 20 por ciento. Además, la
carga genética en salud mental es muy alta, incluso más que en otras patologías muy relacionadas con ella, como el cáncer", detalla el especialista, quien, además, recuerda que el hecho de que sea genético no implica que no sea modificable. "Se puede hacer prevención primaria, secundaria y terciaria".
“El genoma es un
libro de instrucciones que sienta las bases para que se desarrolle el organismo, desde las etapas iniciales hasta la vida adulta. Hay una parte que explica y marca el camino de este desarrollo, pero sin olvidarnos que también se establecen en función de cómo nos relacionamos con el entorno. Entonces, hay información de cómo vamos a interactuar con lo que nos ocurra a lo largo de la vida.
Como respondemos al estrés, a tóxicos, al ambiente…”, detalla Fatjó-Vilas.
Según la bióloga, se ha pasado de tener tres mil millones de letras que conforman el AND a ser capaces de lograr una reducción que identifique que diferencias genéticas suponen una
puntuación de riesgo. “Una vez que tenemos esto, nos permiten preguntarnos basándonos en su mochila genética, cuál será la respuesta al tratamiento, sensibilidad a los factores ambientales…”, detalla la investigadora.
Fatjó-Vilas: "Todavía no podemos predecir el diagnóstico en base a la mochila genética. También hay muchos otros factores ambientales que hacen desarrollar un trastorno"
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Pese a ello, a día de hoy
no se pueden utilizar como una prueba diagnóstica. “Todavía no podemos predecir el diagnóstico en base a la mochila genética. También hay muchos otros factores que hacen desarrollar un trastorno. Por lo tanto, es útil para saber su influencia, pero hay que incluir los factores ambientales”, alerta Fatjó-Vilas.
Sin embargo, según la bióloga, sí que se sabe que a una misma mochila genética en función de los factores de riesgos a los que se la exponga se hace pequeña o grande. “En función del entorno s
abemos por qué hay personas que desarrollan la enfermedad y otras no. El reto es integrar aspectos genéticos y ambientales. Es un elemento que debemos incorporar en los estudios. Se trata de genética más ambiente, más desarrollo”, concluye la investigadora.
Mar Fatjó-Vilas, investgadora de Fidmag Research Fundation; y Celso Arango, investigador del Cibersam.
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Jerónimo Saiz, coordinador de la reunión 'VIII Encuentro entre investigadores en Salud Mental, pacientes y familiares'; José Manuel Montes, organizador de la Reunión: 'VIII Encuentro entre investigadores en Salud Mental, pacientes y familiares'; Manuel Martín Carrasco; y Miguel Casas.
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Xavier Martí, director general de Lundbeck; José Manuel Montes; Mayte Becerra, Relaciones Institucionales y responsable de Acceso de Lundbeck; Susana Gómez-Lus, directora médico y Acceso en Lumbeck Iberia; Miguel Casas; y Jerónimo Saiz.
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Celso Arango y Jerónimo Saiz.
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Mar Fatjó-Vilas y José Manuel Montes.
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Mercedes Navio, coordinadora de la Oficina de Salud Mental de Madrid; Manuel Martín Carrasco; Jerónimo Saiz; y Miguel Casas.
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Mercedes Navio, Jerónimo Saiz, Ana González Pinto, presidenta de la Fepsm; y José Manuel Montes.
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Susana Gómez-Lus junto a Xavier Martí.
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José Carlos Soto, psicólogo en el Princesa 81; y Ana López Trenco, gerente de Asapme Aragón.
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Mercedes Navio; y Mayte Becerra.
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Ana López Trenco, Celso Arango, Susana Gómez-Lus y Xavier Martí.
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Mar Fatjó-Vilas y Celso Arango.
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Carmen Carrasco, de Comunicación de Lundbeck; y Xavi Martí, director general de Lundbeck Iberia.
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Aspecto de la sala durante la Reunión: 'VIII Encuentro entre investigadores en Salud Mental, pacientes y familiares'.
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