El manejo de sustancias biopeligrosas es una realidad del día a día en un servicio de farmacia, una manipulación no exenta de riesgos. Aunque los estudios indican que las cantidades de citostáticos en el aire han bajado 1.000 veces respecto a años precedentes, sigue existiendo contaminación ambiental que puede perjudicar al ser humano.
Carmen Encinas, jefa de Farmacia de la Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha; Sergio Gallego, coordinador de Responsabilidad Patrimonial de la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias; Xavier Guardino, director del Departamento de Información y Documentación del Centro Nacional de Condiciones de Trabajo, y José Luis Poveda, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario La Fe, de Valencia.
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“Haberla hayla, como dicen los gallegos”, indica Xavier Guardino , director del Departamento de Información y Documentación del Centro Nacional de Condiciones de Trabajo del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo, quien avisa de que esta “exposición profesional” en los servicios de farmacia es la que más debe preocupar, particularmente por el manejo de medicamentos antineoplásicos.
Esta exposición puede suceder de las más diversas maneras: tabletas que se rompen, envases sucios por la parte de fuera… Situaciones que provocan que su contenido “se esparza por el aire en el servicio, y más allá”. Y no tienen efectos inocuos: Guardino avisa de que tienen consecuencias “genotóxicas” en el organismo de los farmacéuticos, como demuestra el que estas sustancias estén presentes en la orina de los profesionales, según indican recientes estudios. Por ello, reclama que se apliquen criterios de seguridad biológica.
Carmen Encinas resume la principales conclusiones del coloquio.
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Y todo ello a pesar de que existen ya reglamentos al respecto. Explica Sergio Gallego, coordinador de Responsabilidad Patrimonial de la Consejería de Sanidad de Asturias, que “hay legislación en el manejo de sustancias cancerígenas”, que obliga a que “se manipulen en sistemas cerrados” para garantizar la seguridad de los empleados.
Sin embargo, aunque la parte legislativa esté solucionada (o así parece), en la práctica está claro que no es así. “Aunque el beneficio del paciente en el uso de fármacos biopeligrosos está claro, el del manipulador no. ¿Es ético someterle a este riesgo sin poner en marcha todas las medidas de seguridad necesarias?” se pregunta José Luis Poveda, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria y jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de La Fe, quien al mismo tiempo advierte de que “hablar de medicamentos antineoplásicos (citostáticos) es hablar de riesgo”, con “consecuencias graves a nivel penal” para los responsables de las instalaciones en las que se manejen.
Protocolos de trabajo
Precisamente, hace unos años en el Hospital de la Fe tuvo lugar un incidente por contaminación por este tipo de fármacos, que se podría haber evitado de "haber habido un protocolo de trabajo·”. De hecho, considera que “los procesos de manejo han de ser validados y tiene que haber procedimientos, no es un capricho”. Tampoco lo es “la automatización de los mismos mediante tecnología, que ayudará a la disminución del riesgo”, indica, durante su intervención el coloquio ‘Fármacos biopeligrosos, ¿se manejan de forma segura?’, celebrado en el marco del II Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria que se celebra en Toledo y que está organizado por Sanitaria 2000, con el auspicio de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y con la colaboración de Becton Dickinson, Ferrer Hospital, Gilead, Novartis y Roche.
Por otro lado, Carmen Encinas, jefa de Área de la Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicios de Salud de Castilla-La Mancha, considera que “la farmacia hospitalaria ha de asumir el liderazgo en la elaboración de protocolos que garanticen medidas de seguridad de los pacientes en el manejo de medicamentos biopeligrosos”. Medidas que pasan por más información para los profesionales “en una tarea que es crítica”.
Carmen Encinas y José Luis Poveda.
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Sergio Gallego Riestra y Xavier Guardino Solá.
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Aurora Notario, de Novartis; Alicia Herrero, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital de La Paz, en Madrid; Miguel Ángel Calleja, presidente de la SEFH, y Patricia Morales, de Novartis.
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Juan Carlos Valenzuela, vicepresidente de la Comisión Nacional de Farmacia Hospitalaria y de AP, y David García Marco, del Hospital de Parapléjicos de Toledo, charlan con Benito García, director de Formación de la SEFH.
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Sergio Gallego y José Luis Poveda conversan con Eduardo Ortega, periodista de Sanitaria 2000.
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Vicente Arocas, del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia; Mercedes Fernández, del Hospital de Valladolid, y Ana López, del Hospital de Valladolid.
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Paloma Crespo, residente de farmacia hospitalaria del Hospital de Móstoles; Carmen Moriel, del Hospital Universitario de Móstoles, y Pilar Bachiller, jefa del servicio de Farmacia del Hospital Donostia.
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Aurora Notario; Beatriz Repollo, de Roche; Alicia Herrero, y Carmen Fernández Aceytuno, de Roche.
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Carlos Molinero, Isabel del Dedo y Juan Ramón Mesonero, todos de Becton Dickinson.
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En el centro, Miguel Ángel Calleja. Rodeándole, de izquierda a derecha; Beatriz Repollo, Rocío Bustos y Carmen Fernández Aceytuno, todas de Roche.
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David García de Marco; Manuela Martín, farmacéutica adjunta del Hospital Virgen del Valle de Toledo, y Helena González.
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José Luis Gómez Ruiz, director general de Becton Dickinson; José Luis Poveda; Xavier Guardino, y Carmen Encinas.
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Maite Pozas, miembro del Grupo Español de Farmacia Pediátrica; Elia María Fernández Villalba y Javier Sáez de la Fuente, coordinadores del Grupo Cronos de la SEFH, y Benito García, quien también jefe del Servicio de Farmcia del Hospital Severo Ochoa de Leganés, de Madrid.
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Alicia Herrero junto a Enrique Soler, director del Servicio de Farmacia del Hospital Arnau de Villanova de Valencia. A continuación, Eva García Rebolledo, del Hospital de Fuenlabrada, junto a Luisa Villamayor, del Hospital Povisa de Vigo.
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Ricardo López y Óscar López, director general y director de Publicaciones de Sanitaria 2000. En el centro, Mercedes Fernández.
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Un instante de la mesa sobre fármaco biopeligrosos celebrada en el marco del II Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria.
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