Hasta la persona que pueda parecer más valiente tiene su punto débil. Un gran porcentaje de la población lo encuentra en el
miedo a las agujas, que evidencian cada vez que tienen que someterse a unos análisis médicos o a una vacuna. Y este miedo no hace distinciones, ni siquiera entre humanos o animales.
Así se desprende de un entrañable vídeo que se ha
compartido en redes sociales y que acumula más de 800 'me gusta' y cerca de 400 retuits. En él, se ve cómo un
imponente pastor alemán, a buen seguro intimidante en su quehacer diario como perro policía en Italia, se esconde en los brazos de su binomio humano en cuanto el veterinario le enseña una inyección.
Subido a una camilla y acompañado de su compañero, el
can esconde la cabeza bajo el brazo del humano en cuanto el veterinario aparece en escena,
jeringuilla en mano. Por si el gesto fuera fruto de una casualidad, el sanitario se cambia de lado, pero cuando el perro, temeroso, vuelve a mirar y encuentra la inyección en manos del veterinario, vuelve corriendo a esconderse al refugio de su compañero.
Ni las caricias tranquilizan
En el vídeo, compartido bajo el título de "incluso a los perros policía no les gustan las agujas", muestra cómo ni las cariñosas caricias del policía humano en la cabeza del can consiguen apaciguar su
miedo sobre la mesa del veterinario ante la evidencia de un pinchazo, algo que ocurre con frecuencia en las salas de extracción o vacunación de los centros sanitarios pero con las personas...
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