La abuela de
Sandra Corvo falleció hace cinco años con alzhéimer. Por aquel entonces, la joven estudiaba segundo de bachillerato con la intención de empezar la carrera de
Odontología. Sin embargo, la enfermedad de su abuela cambió el rumbo de su vida y descubrió que su verdadera vocación era
ser enfermera, así que, una vez hecha Selectividad, se matriculó en Enfermería en la Universidad de Extremadura. Hace apenas unos días, presentó su
Trabajo Fin de Grado (TFG), que ha querido dedicarle a ella y se enfoca en la enfermedad que sufrió.
"Quiero y espero que esté orgullosa de mí", admite con emoción.
Una vez presentado, decidió enseñarlo al mundo a través de Twitter. Bajo el título
'Soledad y demencia, una relación aún desconocida', quiso añadir una emocionante frase al inicio de su TFG, a modo dedicatoria:
"A mi abuela, y a quienes olvidaron la vida antes de dejarla".
Su publicación ya acumula casi
40.000 'likes' y ha recibido todo tipo de mensajes de complicidad y alabanzas
. Entre los comentarios, le han dicho que "es la dedicatoria
más bonita y dura que he leído nunca en un TFG" y que "duele mucho más un navajazo". Además, otros de los estudiantes y compañeros de profesión que le han contestado reconocen en sus palabras situaciones vividas por ellos mismos. "A mi abuela le diagnosticaron
alzhéimer cuando yo tenía 3 años y yo, en mi infinita inocencia, decía que quería
ser médico para “curarla”. No terminé siendo médico sino psicóloga, y creo siempre estuve destinada a serlo", comenta una psicóloga. No obstante, los comentarios que más se repiten van acompañados de lágrimas. "Estoy llorando, lo admito". "Oye, que yo
no me meto a Twitter para llorar".
"Es una investigación a
16 pacientes con un deterioro cognitivo leve. Yo les hice un test sobre soledad subjetiva, la que ellos perciben. No los que les acompañen, si no como ellos se sienten, porque a veces están rodeados pero se pueden sentir solos", explica Sandra a
Redacción Médica sobre el procedimiento que siguió. "
Aunque los resultados son escuetos, debido al número de personas que pude entrevistar, se obtuvo que no hay una relación de que a mayor grado de demencia, más
soledad o viceversa", analiza y comenta las conclusiones de su análisis.
Vivir la demencia "de cerca"
Y es que, esta
enfermera recién graduada vio el deterioro cognitivo que conlleva el
alzhéimer muy de cerca. Su abuela vivía en su casa, y escuchaba muchas veces los estragos propios de la enfermedad. "La escuchaba gritar o desquiciarse un poco", rememora. "
Durante el proceso yo no era del todo consciente de lo que estaba pasando porque es algo desconocido".
Para Sandra, las
enfermeras que le cuidaron son un ejemplo a seguir. "Antes valoraba la atención que le habían dado, pero ahora más", señala. "
Cuando una persona no está bien cognitivamente en ocasiones se la ignora, se la despersonifica. Pero las que estaban a su cargo entraban en la sala y hablaban con ella como si fuese un paciente más, y no importaba lo que le fuese a responder", especifica. "
Mi abuela es mi gran inspiración", confiesa a la hora de hablar de su trabajo. "Las entrevistas las hice de la forma más natural posible. También es cierto que tenían una demencia leve, por lo que era posible hablar con ellas con cierta normalidad", analiza sobre el texto que presentó este año.
Espera especializarse en Enfermería Familiar y Comunitaria
A sus 22 años, Sandra está a punto de dejar su casa para marcharse a Tenerife a trabajar como enfermera en una clínica privada. Sin embargo, no renuncia al EIR. "
Lo voy a estudiar y me quiero presentar, sé que será complicado al tener que combinarlo con una vida laboral, pero lo intentaré", sostiene.
Porque ella tiene un sueño: convertirse algún día en especialista de
Enfermería Familiar y Comunitaria. "Fue lo que siempre quise, y también mi primera rotación en las prácticas. Me gustó mucho el contacto con las personas mayores porque es un trato cercano, y es lo que siempre he perseguido", finaliza.
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