El equipo del cirujano Antonio Amodeo ha conseguido salvar la vida de una niña de 3 años con el
implante de un dispositivo que
simula un corazón artificial del tamaño de una pila AA. La intervención se ha llevado a cabo en el Hospital Niño Jesús de Roma con una autorización extraordinaria para la operación, puesto que el
sistema de minicorazón aún se encuentra en periodo de prueba.
Según informa el
diario La Repubblica, se trata de una
bomba cardiaca en miniatura, que requirió del permiso oficial de la FDA norteamericana y del Ministerio de Salud italiano, puesto que se trata de un ensayo clínico y es la segunda vez que se lleva a cabo, después de un primer avance en 2012.
La pequeña padece una cardiomiopatía dilatada que la había situado ya en la lista de espera para recibir un trasplante de corazón, y se había sometido a una
implantación en Berlín de un órgano artificial paracorpóreo que requiere la ayuda de una consola externa conectada con cánulas en el pecho del paciente y un episodio de hemorragia cerebral de la que se va recuperando lentamente. Más tarde, para la recuperación de la función cardiaca, se intentó sin éxito la extracción del corazón instaurado en Berlín.
A la pequeña se le facilitó entonces una asistencia cardio-circulatoria puesto que además sufrió una
infección de los implantes de las cánulas. La única opción terapéutica para salvar la vida de la niña la representaba el minicorazón como bomba torácica que se alimenta a través de una cavidad abdominal.
Sin hospitalización
Este minicorazón artifical es un modelo torácico que se alimenta de una
batería externa, y su ventaja es que no requiere la hospitalización del paciente hasta el momento del trasplante. Su uso, además, alcanza a menores hasta los 10 años de edad.
Aunque los ensayos clínicos comenzarán en Estados Unidos en los próximos meses, el Niño Jesús romano liderará el proyecto europeo para obtener la marca CE. "Si el ensayo que se espera que comience en 2018 confirma menos morbilidad y mortalidad, es una verdadera revolución en elmundo de la asistencia pediátrica para los próximos 20 años", aseguró Antonio Amodeo, responsable del trasplante del corazón artificial.
"Debemos tener en cuenta que la mayoría de la asistencia circulatoria mecánica pediátrica se hace dentro de los tres primeros años de vida, cuando los pacientes son más pequeños. De ahí que el uso de la
minibomba cardiaca pueda ser un punto de inflexión", sentencia el cirujano.
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