Que la letra de los médicos, a veces, resulta imposible de leer es algo muy popular. El cambio a las
recetas electrónicas ha conseguido hacer más sencilla la labor de los farmacéuticos que, en ocasiones, tenían que recurrir a los informes de los pacientes para descubrir qué medicamento era el que debían dispensar ante la imposibilidad de interpretar el nombre prescrito.
Pese al cambio a lo digital, aún se escriben algunas recetas a mano, convirtiéndose en una pesadilla recurrente en las farmacias de todo el territorio nacional. Es por ello, que cuando algún farmacéutico encuentra una prescripción con
letra legible, no duda en hacer una foto y convertirlo en viral.
Es la situación que ha vivido Guillermo Martín, más conocido en redes sociales como
Farmacia Enfurecida, que ha recibido de manos de un paciente una receta del Instituo Social de las Fuerzas Armadas (Isfas) en la que era perfectamente legible el medicamento que debía dispensar.
Junto a la imagen, el sanitario ha expresado: "orgasmo farmacéutico", generando miles de "me gusta" y recibiendo numerosos comentarios de otros compañeros de profesión.
Suspenso en letra de médico
Entre las respuestas, hay muchos profesionales que, ante el asombro, afirmaban que
la receta era una falsificación. Otros creían que la receta estaba escrita por el propio paciente o por una persona que se encontraba a su cuidado, pero en ningún caso por un médico. Incluso los hay que han bromeado sobre si el facultativo que había prescrito la receta había suspendido la asignatura de "letra de médico" en el
Grado de Medicina.
Este "orgasmo" para los farmacéuticos, como lo ha descrito
Guillermo Martín, es la antítesis de la "pesadilla" que viven estos especialistas cuando los influencers
recomiendan antibióticos en sus redes sociales para tratar procesos virales, como el herpes. Farmacia Enfurecida también se ha encargado de denunciarlo en sus redes, después de ver como
Oriana Marzoli explicaba a sus miles de seguidores todas las pastillas que toma para tratar su dolencia del labio.
Recetas no admitidas por no poderse interpretar
Los peligros de las recetas no legibles es que
el farmacéutico puede no admitir la misma y el paciente deberá acudir a su médico para recibir una nueva. Todo supone un trastorno para el propio paciente que tardará en
comenzar su tratamiento más de lo necesario.
En otras ocasiones, otros farmacéuticos han llegado a considerar si enviar una copia de una receta no legible al
Colegio de Farmacéuticos para que le "den un toque" a ese médico que no escribe con la claridad suficiente como para que otros pueden interpretar su letra manuscrita.
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