El portugués Salvador Sobral, ganador del festival de Eurovisión de 2017, permanece conectado a un corazón artificial, a la espera de conseguir el trasplante de un corazón compatible, tal y como informa el Correio da Amanhã.
Durante el festival de Eurovisión, la salud de Sobral ya había empeorado notablemente y se encontraba en un estado muy frágil. Y, sólo unos meses después se desvelaba que padecía de un problema cardiaco crónico que le obligaba a recibir un trasplante en el futuro.
En estos momentos, una máquina externa bombea sangre a su organismo, un procedimiento crítico para pacientes a la espera de un trasplante y que, según el diario luso, no es muy común en los hospitales de Portugal.
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