Una
familia coreana se desplazó en 2016 a San Francisco (Estados Unidos) para disfrutar de unas
vacaciones que les han salido caras. Su
bebé de ocho meses se cayó de la cama del hotel una noche y se golpeó en la cabeza, lo que produjo que el pequeño no dejara de llorar. Preocupados, los padres terminaron llamando al servicio de Emergencias, que les trasladaron al Hospital General de Zuckerberg.
Una vez allí, los médicos le
administraron un jarabe al bebé, que se durmió y fue dado de alta cuando horas más tarde despertó. En total, la visita duró
menos de tres horas y media, pero ahora, dos años después, los padres han recibido la
factura por los servicios médicos prestados.
En ella se detalla un gasto de 18.836 dólares, unos
15.500 euros, de los que 15.666 euros corresponden a lo que denominan "activación de trauma", nombre referido para la
atención médica de urgencias.
El padre del pequeño ha explicado a los medios de comunicación que el
seguro de viaje sólo le cubre 5.000 dólares y que ellos no disponen de fondos para semejante desembolso. "Es una gran cantidad de dinero para mi familia. Si mi bebé hubiera recibio un tratamiento especial, estaría bien. Pero no lo hizo. Entonces, ¿p
or qué debería pagar la factura? No hicieron nada por mi hijo", explicó el padre.
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