Profesiones como las que engloban el sector sanitario cuentan con una gran
dosis de vocación, algo que ellos mismos califican como una excusa para camuflar sus malas condiciones laborales.
Por ello, a través de nuestras redes sociales, hemos consultado a los profesionales sanitarios cuál es la mayor “locura” que han hecho en nombre de la vocación sanitaria. Las
guardias de 48 horas y “aguantar” los años de residencia han sido las dos opciones más repetidas entre los usuarios, aunque las hay de todo tipo. “Realizar el boca a boca mediante una RCP en la calle a una chica que sufría una sobredosis”, respondía una facultativa sobre su mayor locura.
Mientras, un hematólogo admitía que la mayor sinrazón la cometió durante su primer año de residencia al hacerse cargo de media planta de Hematología “porque no había adjunto para supervisarle”. Por su parte, una médica aseguraba que la suya fue
“darle su número de teléfono personal a pacientes” trabajando así horas extras sin cobrarlas.
Otras de las grandes locuras que señalan los profesionales sanitarios son “conducir 40 minutos tras casi 30 horas de guardia sin dormir” o “no cogerse una baja necesaria y encima doblar de turno”. No obstante, las relacionadas con la homologación de títulos también son de las más mencionadas.
También las hay relacionadas con aspectos más higiénicos, como atender a pacientes sangrando sin guantes, o las relacionadas con las vacaciones.
“No tener vacaciones durante las prácticas, porque durante el curso trabajaba y estudiaba”, escribía una facultativa. Sin embargo, en el listado de los mayores disparates, los hay también relacionados con humor o futbolísticos. “Hacer reír a mis pacientes con chistes malísimos antes de las cirugías”, escribía un sanitario. Mientras, otro señalaba “perderse los Real Madrid-Barsa” como su sinrazón.
El arrepentimiento por haber estudiado Medicina
Por último, hay quienes directamente reconocen que su mayor locura ha sido directamente
“estudiar Medicina”. Y es que cada vez son más los médicos que se arrepienten de haber tomado esta decisión, como Rubén Blanco, residente de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria, que no ha dudado en más de una ocasión plasmar a través de sus redes sociales las
razones por las que no elegir estudiar Medicina. “Tenemos un Grado experto en destruir la salud mental de los estudiantes”, exponía como la principal razón hace unos meses a través de su cuenta de Twitter.
Además, también incidía en que una vez que se termina la residencia, "en torno a los 30 años", el siguiente paso es convertirse en adjunto y "encadenar contratos temporales hasta que consigues plaza fija”.
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