Los
jóvenes también son
vulnerables al Covid-19. Este es el mensaje que, desde hace meses, los profesionales de la Salud tratan de inculcar a la población. Aunque la
incidencia del coronavirus es más elevada en
personas de edad avanzada, tal y como reflejan las cifras, los daños que presentan algunos jóvenes demuestran que nadie está a salvo de su peligroso alcance.
Al denominado
Covid-19 persistente, caracterizado por el mantenimiento de ciertos síntomas residuales durante meses, se suman una serie de
secuelas en aquellas personas jóvenes afectadas por el virus al inicio de la pandemia, incluso cuando
no presentaban enfermedades ni antecedentes previos.
Una de las principales secuelas detectadas es la
fibrosis pulmonar, obligando al paciente a utilizar oxígeno de por vida y "en algunos casos un
trasplante pulmonar", tal y como explica Esther Gómez, enfermera en Atención Primaria. "Debemos tener en cuenta que un pulmón rígido totalmente cicatrizado conlleva riesgos de hipertensión pulmonar y el consiguiente fallo cardíaco", explica.
Dolor muscular y cansancio, los más comunes
Dentro de la lista de secuelas, elaborada por la profesional a partir de varios estudios científicos, también figuran la sarcopenia y atrofia muscular, dolor en las articulaciones, febrícula persistente y tos residual. Así mismo, se han observados casos de caída de pelo, "sobre todo en mujeres se debe a las alteraciones hormonales que ha provocado el coronavirus", explica el director del Área de Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra, José Luis del Pozo, que, a su vez, señala aquellos cuadros de "cefalea intensa que puede conllevar a la pérdida del apetito y la deshidratación".
"Hay gente de 19 años que afirma sentirse en el cuerpo de un anciano", asegura Esther a Redacción Médica, si bien existen casos muy graves que no han desarrollado ninguna secuela.
El
dolor muscular y el cansancio, relacionado con episodios depresivos y la falta de actividad, son, según la enfermera, los síntomas más persistentes entre la población joven.
"Es muy frecuente en pacientes jóvenes la sensación de cansancio para poder desarrollar hábitos normales como subir las escaleras, caminar o hacer deporte", apunta del Pozo.
A ello hay que añadir las
consecuencias psicológicas asociadas al
miedo y la angustia derivadas del aislamiento, tales como la ansiedad o "brotes psicóticos"
que van desde la alteración del comportamiento hasta trastornos de ánimo, episodios depresivos, cuadros neurológicos y estrés postraumático. La profesional recoge también las declaraciones de Carmen Laspra, psicóloga de la Clínica Universidad de Navarra, que asegura que, los casos más intensos, también pueden desarrollar "pesadillas, flashback y trastornos disociativos".
Además, una estancia prolongada en el hospital puede dar lugar a "infecciones oportunistas" por "gérmenes resistentes" o la reactivación "de infecciones latentes" en el paciente. El uso de corticoides por ejemplo, advierte la profesional, puede derivar en "tuberculosis".
Esther espera que estos datos sirvan para concienciar a la población, especialmente a los jóvenes, sobre la amenaza que supone el
Covid-19. "
Esto es cosa de todos. ¡No bajemos la guardia!".
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