¿Eres del tipo de persona que le encanta transmitir conocimiento o prefieres no tener que dirigir la palabra a ningún compañero durante la jornada laboral? Esta pregunta puede sonar dura y directa, pero
refleja una realidad que algunos estudiantes de Enfermería viven a diario en los centros de salud y hospitales.
No es la primera vez que las
prácticas formativas de Enfermería se ponen en entredicho por los propios profesionales. Este periodo de formación obligatorio, necesario para no saltar al escenario laboral sin ningún tipo de experiencia, requiere de una persona que explique y esté pendiente del estudiante. Sin embargo, algunos
profesionales prefieren evitar realizar dicha tarea.
Esta es la situación que pone en de manifiesto una enfermera a través de una publicación de Twitter: "Voy por mi octavo alumno en dos meses, porque de 15 enfermeros que somos en extracciones
todos se niegan a tener alumnos menos 2", publica una enfermera. "Tengo 1/2 jornada y cuando me voy a las 12, los pobres no tienen con quién quedarse...", continua.
"
Creo que negarse a formar a alumnos es negarse a cumplir con una de nuestras obligaciones. Si trabajas de esto, es lo que hay. No se puede decir que no", contesta un enfermero.
No es legal
El enfermero y escritor Héctor Castiñeira, más conocido por su alter ego
Enfermera Saturada que también ha participado en el debate tras compartir el tweet original, se lamenta que
"muchas veces quienes se niegan son las mismas que cobran todos los grados de carrera profesional... olvidan que si los cobran están obligadas a formar estudiantes".
Y es que, además de que
muchas enfermeras cobran esto en la Carrera Profesional, ya que "para obtener los últimos grados deben demostrar que dan formación",
legalmente las enfermeras no se pueden negar a dar esta formación al tener la función docente además de la gestora y la asistencial.
"Va ímplicito en nuestras propias funciones y en el Código Deontológico de Enfermería", explica Héctor Castiñeira a
Redacción Médica, "además está la ética personal. Ya que a ti te han enseñado durante esas más de 2.000 horas de prácticas,
lo lógico es que tú reviertas esa parte en los alumnos que quieren aprender como tú lo hiciste en su día".
A su vez, Héctor, quien considera imprescindibles estas prácticas, recuerda que se trata de
"una inversión de futuro" al ser estudiantes que en meses van a llegar al centro médico o al hospital. "Egoístamente es mucho mejor" porque esa persona llega a su puesto de trabajo sabiendo qué hacer y cómo hacerlo.
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"Las enfermeras que se quejan suelen ser las que peor trabajan"
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Ante la pregunta de por qué las enfermeras no quieren enseñar a los alumnos, el joven enfermero de Lugo considera que, por norma general, "
las que se quejan suelen ser las que peor trabajan y no quieren tener al alumno mirando ni cuestionando. Si tú trabajas bien y das unos cuidados basados en evidencias científicas y actualizados, no importa porque no tienes nada que ocultar".
Enfermeras sobresaturadas
No obstante, Héctor también explica la otra parte:
la saturación y el estrés diario. La formación se da en el horario laboral con la misma carga de trabajo y pacientes que cualquier otro día. "Hay que buscar huecos de donde sea".
Así, Enfermera Saturada apunta a la opción de repartir dicha formación y "
buscar un equilibrio entre la presión asistencial y la cantidad de alumnos que vienen a formarse".
Dentro del hilo que compartió hace unos días, varios compañeros de profesión han aportado su punto de vista positivo ante el testimonio de saturación de la compañera que comentaba Héctor. "La sobrecarga de trabajo hace que formar a las nuevas generaciones sea un esfuerzo.
Yo jamás me quejo, considero que es parte de mi trabajo", detalla una enfermera de emergencias
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