Cuando el objetivo es inmunizar al mayor número de personas en el menor tiempo posible, el
rechazo a la vacuna puede suponer un verdadero escollo. Si además, la persona que rehusa recibir el tratamiento es médico resulta todavía peor a ojos de sus compañeros.
Así se lo han hecho saber a esta
facultativa jubilada que anunciaba públicamente su
negativa a ser inmunizada. Aunque no alude explícitamente a la
vacuna Covid-19, la profesional deja claras sus sospechas sobre el tratamiento desde el principio, entrecomillando la palabra "vacunarme".
La sanitaria cuenta que le llamaron por teléfono para citarla aunque no le dijeron "para qué" ni ella preguntó. Lo que sí reconoce es que sintió "felicidad" al poder pronunciar estas palabras:
"NO, YO NO ME VACUNO". Según explica, es la "
primera vacuna que rechaza en sus 63 años" siendo además profesional de la Sanidad.
El motivo lo revelaba un poco más adelante: "
No lo veo necesario, según la mortalidad. Ahora muy baja. Si lo padeces tienes un alto porcentaje de superarlo. Tiene tratamiento". La facultativa asegura además que el "producto génico,
no ha tenido tiempo para estar bien testado. De hecho está en la experimentación en humanos, que es la fase IV", plantea.
Un punto de vista ampliamente rebatido por sus propios compañeros con anterioridad. "Podemos estar
completamente tranquilos de que todas las vacunas aprobadas son seguras. Si se han podido desarrollar en un tiempo récord es porque se han dedicado a ello muchos recursos y los criterios de aprobación de las
agencias reguladoras de medicamentos son muy estrictos", explicaba Francesc Saigí, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC e investigador del grupo de investigación I2TIC.
"Mal ejemplo como sanitario"
No es la única. Hasta 4 médicos más reconocían haber seguido el
mismo camino que la profesional cuando se trata de recibir el fármaco. "Yo, ya no contesto al fijo, solo al móvil. Igual me ponen en decesos por Covid", ironizaba una de ellas.
Una postura que sus compañeros de profesión califican de
"irresponsable" en este momento tan delicado de la pandemia.
"Lo siento pero me parece incomprensible e irreponsable", opinaba Almudena como enfermera, deseando que en un futuro "no tenga que arrepentirse".
Estas negativas, sin embargo, no reflejan el sentir general del sector, tal y como apuntan los datos del estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que muestran que casi 8 de cada 10 sanitarios se vacunaría contra esta enfermedad. Desde que llegaran las primeras dosis de la vacuna a España, el colectivo de forma general ha insistido en la importancia de recibir el tratamiento así como en sus seguridad a pesar de las dudas generadas estas últimas semanas.
"Vacúnate frente al Covid-19, cuanto antes puedas, con la vacuna que sea. Si, Astrazeneca también", aconsejaba públicamente el reumatólogo José Campos, en un intento de acabar con la incertidumbre que presentan algunos pacientes.
Como pionera,
Mónica Tapias, aseguraba a
Redacción Médica que nunca tuvo ningún miedo a ser la primera sanitaria en España en recibirla. Tras hacer historia, esta auxiliar de Enfermería, está convencida de que los profesionales como ella son los que deben dar y ejemplo y animar al resto a recibir el fármaco.
Por ello, cómo médico de Urgencias, Filípides no puede estar "más en desacuerdo" con la facultativa, a la que acusa de
guiarse por "el sentimiento y no por la razón", recordando a su vez que "la mortalidad de la COVID es 1/1000" y que crece a medida que aumenta la edad. "Le recomiendo que repase la bibliografía científica de riesgos. Respecto a su salud obviamente haga usted lo que quiera", respondía otro de los médicos en el hilo, para quien esta
postura antivacuna constituye un "mal ejemplo como sanitario".
Otros, como la usuaria @nexter_ trataban de ver el lado positivo al hablar de la mayor cantidad de vacunas disponibles que supondrá su decisión. "Yo ya me vacune y soy personal sanitario.
Yo sí me vacuno", proclamaba esta profesional en contraposición a los comentarios de la médica, que a su vez, asegura que, con su iniciativa, están "contribuyendo a
experimentar sobre ello".
El miedo a la vacuna se ha convertido, de hecho, en una de las principales preocupaciones de los profesionales en plena campaña de inmunización.
Joan Pons, enfermero en Reino Unido, alertaba precisamente de ello a través de este diario, asegurando que el "verdadero problema" es que "la confianza en la vacuna se ha perdido".
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