Responsabilidad y serenidad. Dos
adjetivos que definen a la perfección la
personalidad de los médicos durante sus horas de servicio. Pero, a pesar de mostrar esa profesionalidad y como ocurre en todos los trabajos, hay momentos donde los pacientes o los propios compañeros pueden generarles
situaciones incómodas que les afectan en su día a día. En este sentido, una de las situaciones que más incomoda a
Ángel López,
médico rural, es la
falta de control que tienen algunas madres sobre sus hijos cuando ingresan en la consulta.
“Muchos vienen resfriados y las madres directamente no los traen preparados. Se tiran un rato para desvestirlos y no pueden controlarlos para que yo los inspeccione.
A veces también abren mi cajón y me cogen las cosas. Noto que
algunas madres se relajan un poco cuando están aquí”, ha explicado este especialista a
Redacción Médica.
El
ruido que se genera en las salas de espera cuando es ‘hora punta’ es otra de las situaciones desagradables que López vive en su día a día. Así, reconoce que, siendo un “consultorio pequeño”, algunos pacientes llegan como si de un “
pasatiempo” se tratase y comentan “los
chismorreos” del pueblo. “A veces se oyen demasiado y tengo que pedir que bajen el tono”, ha afirmado.
Pacientes ancianos que intentan "colarse" en las consultas
Cuanto más envejece una persona, más se preocupa por
su salud y es algo común y comprensible. Pero, algunos pacientes de avanzada edad llegan a la consulta de este médico
“horas antes” de su cita. ¿Su objetivo?
Entrar antes de su hora asignada.
“A mí estos casos me generan incomodidad. Por una parte, me da apuro que personas mayores tengan que esperar tanto tiempo en la sala de espera, pero por otro lado no puedo colarles antes de otros pacientes que ya tienen su cita y les toca a ellos”, ha reconocido.
Pacientes jóvenes "sin paciencia" en centros de salud
En el otro extremo también existen situaciones con la
gente joven que rechaza este
médico rural. Según ha detallado, algunos de ellos llegan al centro de salud buscando “una consulta rápida”
sin paciencia para esperar su turno y lo que hacen es ponerse enfrente de su puerta para que les llamen “cuando no les toca”.
Las
consultas telefónicas han aliviado significativamente la
presión asistencial que viven los
centros de salud. En este sentido, una cosa que molesta a López es cuando llama a un paciente y le dice que
ahora no puede y que le devuelve la llamada en un rato. “Y no siempre tengo tiempo para volver a llamarles”, ha reconocido.
Incomodidades en el día a día de un médico internista
En el caso de
Alejandro Castillo, médico internista, ha publicado en su perfil personal de ‘X’,
antiguo Twitter, cuáles son las incomodidades que más le afectan como profesional en su día a día en el hospital.
De esta forma, entre todas las que ha enumerado ha colocado en el primer puesto el ser consciente de que
no puede salvar la vida a todos los pacientes. Relacionado con ello, la segunda que ha subrayado se centra en las personas que sí ha podido ayudar, pero que no todas ellas le
agradecen su trabajo.
Otra de las situaciones que
más inquietan a este especialista es que haya personas que hagan responsable a los médicos del fallecimiento de un paciente. Centrándose en el
ambiente de trabajo en los hospitales o centros de salud, Castillo ha deslizado que otra de sus mayores rechazos dentro de la
Medicina es saber que “siempre” habrá un compañero médico “que tenga envidia y quiera ponerte la zancadilla”.
En relación con momentos desagradables con otros compañeros del sector, Castillo ha indicado que hay situaciones donde “siempre” habrá un compañero médico “que tenga envidia y quiera ponerle la zancadilla”. Aún así, ha querido dejar claro
lo bonita que es la profesión médica y que conseguir salvar una vida “paga todo el esfuerzo”.
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