"Tengo 40 años y
acaban de diagnosticarme un cáncer de mama. Y quiero contaros cosas que he descubierto que quizás puedan ayudar a alguien", así comenzaba el hilo de Ana Belén Muñoz, una ginecóloga que decidía compartir lo que había aprendido de la enfermedad con sus seguidores.
El primer consejo que da esta sanitaria es que
hay que autoexplorarse: "Yo no me estaba explorando y lo he notado en la ducha sin más, porque me conocía por tener la costumbre de mirar cada cierto tiempo que no hubiera nada raro. Y enseguida noté que eso no estaba ahí antes. Hay que conocerse".
"Ya veis que pasa hasta con 40 años. Pasa más a menudo de lo que pensamos.
Y yo también pensaba que a mí no me pasaría. Como lo puedes estar pensando tú", reflexiona la facultativa, "así que autoexplórate. Hoy es un día tan bueno como cualquier otro para empezar a hacerlo. Venga. Sin excusas".
"He dicho y oído más 'te quiero' que en toda mi vida"
Tras el choque de descubrir que padecía un cáncer de mama, una de las cosas que más le sorprendió a la médico es
la "brutal avalancha de cariño" que está recibiendo, por lo que agradecía todas las palabras que le están "dando la vida".
"Yo pensaba que el decir 'estoy para lo que necesites' iba a ir gastándose con el uso, pero tantos y tantos de vosotros me lo decís, y os digo en serio que todas
las veces que lo oigo me hacéis sentir un pellizquín más fuerte aún", se sincera Ana Belén, "he llorado más estos días de emoción por el cariño que me dais que por el diagnóstico en sí".
En el mismo sentido, la ginecóloga explica que la enfermedad le ha "devuelto los abrazos" que le había quitado la pandemia: "He oído y dicho más 'te quiero' estos días que en toda mi vida junta.
Por si os anima a abrazar y dar palabra a lo que sentís más a menudo sin esperar a tener un cáncer".
Asimismo, tiene palabras de agradecimiento para
las personas religiosas que la incluyen en sus oraciones, aunque ella sea atea confiesa sentirse "reconfortada".
La esperanza es "básica" tras el diagnóstico de cáncer de mama
Según comparte la facultativa, una persona fingía que iba a ser benigno, aunque tuviera mala pinta, y reconoce que durante algunos minutos hizo que lo creyera. "Eso también ilustra que
la esperanza es básica en esto", reflexiona.
"Tengo dos hijos de 3 y 7 años y
no hay más opciones en el menú que curarse, pero ayuda oírlo", sostiene segura, haciendo referencia a las palabras de sus amigos sanitarios asegurando que se va a curar.
"Una cosa que no me había planteado de una manera tan intensa es
lo que supone para un paciente saber que lo tiene y estar esperando a empezar el tratamiento. Me ha llevado unos días asimilar el diagnóstico, pero una vez hecho, solo piensas en atizarle a esta mierda cuanto antes", explica, antes de pedir un aplauso para sus compañeros del Hospital Universitario Valdecilla.
"No esperaba que me impresionase tanto cambiar de rol"
Como ginecóloga, había recorrido los pasillos de ese mismo centro hospitalario cientos de veces, pero no de la misma manera: "Es sorprendente
lo difícil que es recorrer tu propio hospital, pero siendo paciente. Cambiar de rol es una situación que no esperaba que me impresionase tanto. Vas por tus pasillos, pero ya no son tus pasillos. Te sientes desubicado y pequeñito".
Todo ello le ha hecho pensar que quizá merece la pena compartir el viaje a través de su enfermedad: "
Puede que no ayude a nadie. O solo a una persona. O solo a mí. O ni siquiera y que decida no contar mucho más. Iremos viendo. Gracias a todos los que de una u otra manera me estáis acompañando. Todos estáis siendo muy importantes".
La médico, que reconoce que
no esperaba la repercusión que ha obtenido, con más de 900 'me gusta' y cientos de 'retweets', termina su hilo con una frase llena de fuerza: "Y ahora, como bien me ha dicho una amiga, a empezar con la dinamita para reventar a este pequeño capullo".
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