Las redes sociales se han convertido en un espacio donde los
profesionales sanitarios comparten vivencias que, más allá de lo personal, abren
debates de fondo sobre la práctica médica. Es el caso del testimonio publicado en X por una pediatra que ha generado numerosas reacciones tras reflexionar sobre
cómo la maternidad ha influido en su forma de ejercer la pediatría.
En su mensaje, la médica relata una
escena habitual en los servicios de urgencias pediátricas, pero que adquiere un nuevo significado desde su experiencia como madre. "A mi ser madre me ha hecho mejor pediatra. En la última guardia bebé de 6 días motivo de consulta “llanto” y entra por la puerta una mamá derrotada, llorando y un bebé en brazos dormido. Y supe entenderla, supe escucharla, supe ponerme en su piel porque había estado ahí", relata esta pediatra desde su perfil en X (@nataMIRitis).
Cuando la maternidad entra en la consulta
El hilo pone el foco en
un aspecto clave de la atención sanitaria como es la empatía. La pediatra no plantea una cuestión técnica ni clínica, sino emocional. Habla de comprender el cansancio extremo, la inseguridad y la vulnerabilidad de una madre reciente, como elementos externos que también forman parte del día a día asistencial.
El mensaje ha encontrado un
amplio respaldo entre otros profesionales sanitarios, que reconocen el valor de las experiencias vitales a la hora de acompañar mejor a los pacientes. Una de las respuestas más compartidas es la del médico @allobe86. "¿La experiencias vitales personales ayudan a un médico a ser + empático y a comprender y manejar mejor situaciones de pacientes que otro médico no haya vivido en sus propias carnes? Personalmente creo que sí, sin desprestigiar a quien no las ha vivido." reflexiona este facultativo.
En una línea similar se expresa la facultativa @RCPdesdemicole, quien amplía el debate a otros ámbitos asistenciales. "Yo creo que ser madre o padre nos da a todos otra perspectiva en el trabajo. A mí me pasa que al atender emergencias con niños de las edades de mis hijos me pongo más en la piel de esos padres o comprendo mejor las emociones de esos niños. No soy mejor, pero "entiendo" mejor", señala esta profesional.
Empatía profesional: ¿vocación, experiencia o ambas?
Sin embargo,
no todas las reacciones han sido favorables. El testimonio de @nataMIRitis también ha generado críticas por parte de profesionales que consideran que la empatía no debería depender de haber vivido determinadas experiencias personales. La usuaria @leslie_kok cuestiona abiertamente el planteamiento. "Que hayas necesitado tener tu propio bebé para empatizar y contener a una madre puérpera siendo pediatra sólo habla mal de tu desempeño profesional eh. Yo no soy madre y entiendo, escucho y acompaño a las madres porque siempre entendí que es parte de mi trabajo".
Otra crítica apunta a las i
mplicaciones que este tipo de discursos pueden tener para quienes no han sido padres o madres. La usuaria @saezatxa y presidenta de la Asociación Española de Cáncer de Tiroides (Aecat), plantea varias preguntas retóricas. "Entiendo entonces que dais x hecho q si no tienes hijos no “entiendes” tu especialidad. Y un hombre ginecólogo? Y una mujer uróloga? Y un joven geriatra?", cuestiona.
El debate pone sobre la mesa una cuestión compleja de
hasta qué punto la experiencia personal influye (o debería influir) en la calidad asistencial. Mientras algunos defienden que vivir determinadas situaciones aporta una sensibilidad añadida, otros recuerdan que la empatía, la escucha y el acompañamiento forman parte intrínseca del ejercicio profesional, independientemente de la situación de cada uno.
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