La formación de un MIR no solo se basa en
aprendizaje en el hospital. La mayoría de los residentes intentan encontrar un hueco entre tanto caos para invertirlo en mejorar su educación a través de manuales, seminarios, investigaciones u otros cursos con carácter complementarios. Pero, en muchas ocasiones, las duras jornadas en los hospitales o las guardias de 24 horas
acaban con las ganas y la fuerza para ello. Diferentes facultativos han usado las redes sociales
como altavoz para dar sus consejos y opiniones sobre el momento que ellos dedican a estudiar y
no morir en el intento.
Entre ellos, un médico se pregunta cómo hace la gente para estudiar después de "siete horas de hospital por la mañana", y duda de si realmente hay que estudiar o con la asistencia al hospital es suficiente, siendo esto "un aprendizaje más de la práctica del día a día" que el repasar las lecciones teóricas del temario.
Ante esta duda, uno de sus compañeros le responde que estudia
"entre quince y veinte minutos" los "problemas" que deja pendientes por la mañana en su consulta, y después se informa leyendo "a su ritmo" una revista de su especialidad. Así, en total, este profesional sanitario no dedica "
más de una hora de la tarde" al estudio.
Opiniones entre los residentes
Algo parecido a la experiencia de otro MIR
, quien "saca huecos" de donde puede y cuando puede y va recordando las cosas que ha visto "en el día a día" mientras está trabajando, aunque reconoce que las sesiones sí las prepara de forma más exhausta. Por otro lado, otra profesional sanitaria que ha comentado en el hilo es contraria a las opiniones previas de sus compañeros. Ella "siempre" lleva libros para leer o estudiar
mientras está en el quirófano, y luego, según traslada, estudia entre dos y tres días a la semana después de realizar deporte alrededor de dos horas al día.
Otro de los "
trucos" que recomiendan para los que llegan
muy cansados de los hospitales y no tienen energía para estudiar es
preguntar a los adjuntos sobre qué deberían repasar. Este es el caso de un residente que aboga más por "la práctica diaria" en los hospitales que con un libro sentado en casa.
"Cuando llego a casa lo último que me apetece es seguir trabajando, así que solo estudio cuando tengo que preparar una sesión sobre algo o tengo que prepararme un caso sobre un tema concreto que quiero dominar más", reconoce.
La importancia de complementar el estudio con el trabajo
Por su parte, otro médico ha querido compartir su opinión a través de las redes sociales de una forma más extensa que los anteriores. Primero, indicado que
está de acuerdo con los usuarios que opinan que la formación debería
contemplarse como parte del trabajo y que entrase dentro de la jornada laboral, al igual que la preparación de las consultas y de los
casos más complejos.
Este internauta reconoce que trabajando "aprendes mucho" al igual que con los seminarios de cada servicio. "Eso ayuda mucho", incide", pero también se pregunta si solo con eso es suficiente y no es necesario compaginarlo con la teoría de su especialización. Para él, no lo es.
"Salvo que estés en una especialidad con una
carga teórica no muy elevada y sencilla y con un servicio con alta carga docente,
difícilmente vas a adquirir los conocimientos necesarios yendo solo a trabajar para ser adjunto", asegura.
Por esta razón, este facultativo afirma que esta es una
decisión personal de cada estudiante, pero alerta que "si no tocas un libro fuera del hospital en toda la residencia, sabrás menos y por ende,
serás un peor adjunto". Aunque eso no quiere decir que nada más terminar la jornada laboral haya que estudiar, sino que tiene que haber tiempo para todo. "Hay infinitva variedad de grises", concluye.
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