David Remartínez es periodista, pero su relato sobre la experiencia que vivió en primera persona en una
consulta de Psiquiatría de la seguridad social ha despertado una reacción unánime entre psiquiatras: "algo hemos hecho mal". "Ayer me tocaba consulta en salud mental de la Seguridad Social y, nada más entrar, vi que
mi psiquiatra estaba mucho más estresada que yo", comienza escribiendo Remartínez en su cuenta de Twitter, confesando que lo primero que hizo la facultativa fue pedirle perdón e indicarle "que debía ser rápido porque esa mañana había mucho retraso".
El periodista señala que aunque "intentó ser breve y sintetizar todo lo apuntado en su libreta", a la psiquiatra "le pudo su oficio". "Con algunos datos se detuvo, me pidió más información y mientras le hablaba,
tenía que ir tecleando la novedades en mi historial, a toda leche", subraya Remartínez, que admite que "al cabo de un rato breve, la llamaron por teléfono para decirle que tenía que acabar la consulta". ¿La razón? "Me estaba dedicando mucho tiempo y había mucha gente esperando". "Su cara al mirarme fue un poema de vergüenza", confiesa el periodista en su hilo.
Tras la llamada, Remartínez admite que "sin que ella le dijera nada, cerró la libreta y la metió en la bolsa", preguntándose
"cómo lo hacen los médicos para no desesperarse también". Para sorpresa del paciente, ante la situación, la psiquiatra le pidió que se sentara nuevamente y "comenzó a soltar una retahíla de indicaciones sobre lo que tenía que hacer hasta que lograra darme cita otra vez".
Demora en las citas en Psiquiatría: "Va a ir a peor"
"El problema es que esto no va a mejorar, en todo caso, va a ir a peor", fue la frase de despedida de la psiquitra a su paciente, antes de confesar también "que algo han hecho mal cuando casi todos los pacientes que esperan a una cita en Psiquiatría es gente joven". Una opinión que comparten muchos compañeros de profesión, que se han sumado a la reivindicación de las demoras en las citas en salud mental de la sanidad pública, destacando su importancia. De hecho, el propio Remartínez indicaba que "por la misma consulta,
su psiquiatra privada cobra 130 euros".
"Lo único en lo que podemos agarrarnos los profesionales para resistir es al 'oficio', que es lo que da sentido a la actividad", escribe una psiquitra al respecto, admitiendo que "no sirve ser rápida si no puedes encontrar propósito en lo que haces por el paciente". No obstante, confesaba que
"la atención sanitaria en cuanto a salud mental es desoladora".
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