Si hay algo que deben cuidar los profesionales del
Sistema Nacional de Salud (SNS) es la higiene. La posibilidad de
contagiar o propiciar virus, bacterias o infecciones es extremadamente alta en el
entorno sanitario, y es por ello los
médicos y
enfermeras pueden convertirse en un
'caldo de cultivo' de todo tipo de enfermedades si no toman las precauciones suficientes. Además, sus pacientes son
personas vulnerables o inmunodeprimidas que tienen más probabilidades de contraer este tipo de afecciones y pueden ser más sensibles a ellas.
Pero una cosa es la teoría y otra, en algunos casos muy distinta, la práctica. Al menos esto es lo que denuncia Laura, una
enfermera que a través de X, antiguo Twitter, de cosas que "no concibe" pero que sin embargo observa día a día en su trabajo. Destaca ejemplos como
no lavar el uniforme durante más de una semana o llevar accesorios como
pulseras y salvabolsillos que acumulan gérmenes. "No las concebía antes de la pandemia pero ahora menos, me habré vuelto una 'tiquismiquis'", expone.
Mal uso del pijama de hospital
Si algo ha podido comprobar esta sanitaria tras publicar dichos
post, es que no es la única a quien le 'chirría' la f
alta de cuidado de algunos de sus compañeros en cuestiones de esta índole. Entre las múltiples respuestas que ha recibido muchas destacan, precisamente, uno de los puntos a los que ella misma ha hecho referencia: el mantenimiento inadecuado del
pijama de hospital, algo que de hecho ilustran con varios ejemplos.
Uno de ellos es el de Pablo, otro enfermero que explica que en su caso fueron sus propios superiores quienes
le 'sugirieron' espaciar el lavado de su atuendo de trabajo. "Me echaron la bronca por utilizar un uniforme nuevo cada día", recuerda. Una directriz a la que, según él mismo aclara, desobedeció.
Sin dejar de lado la
indumentaria del hospital o centro de salud, otros usuarios han denunciado un uso indebido del mismo, especialmente en entornos ajenos al trabajo. Desde sanitarios que
lo usan para
salir a fumar o ir al supermercado,
hasta aquellos que, directamente,
acuden a su puesto de trabajo directamente 'cambiados' y no usan otra indumentaria en la calle.
Maquillaje, uñas y accesorios: foco de microorganismos
Pero el uniforme no es el único
foco de gérmenes que ven estos profesionales entre sus compañeros de gremio. Otro de los más sonados es el relativo a la manicura, ya que quienes lleven las
uñas muy largas pueden acumular
más suciedad y bacterias además de ver condicionada su
destreza manual.
De hecho, es obligatorio llevar las uñas cortas durante las
prácticas de Enfermería y lo fue durante la pandemia, pero estas restricciones desaparecen al superar la etapa formativa y hay quienes las olvidan en dicho momento. "Muchas han vuelto ya a las
joyas por doquier, maquillaje (en la base se adhieren muchos microorganismos) y uñas kilométricas", señala otra usuaria.
Otra de las grandes protagonistas en este 'debate'
online ha sido la
mascarilla. Algunos sanitarios han denunciado que hay quienes
no la utilizan en plantas o servicios especiales con enfermos altamente vulnerables, y que hay casos en los que, incluso, llegan a
intubar sin ella, con los riesgos adicionales que conlleva. También hay quienes han señalado que para quienes lleven el pelo largo es necesario recogerlo con un moño o coleta a la hora de intervenir a los pacientes o hacer curas.
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