Estos días miles de estudiantes se enfrentan a las pruebas de selectividad -ahora denominada Evau: Evaluación para el acceso a la universidad-. Estos exámenes, ya de por sí complicados para los alumnos, se caracterizan este año por la epidemia de
Covid-19 marcados con unas estrictas normas de higiene para evitar contagios y, en el caso del grado de Medicina, además se espera que
la nota de corte se eleve respecto a los cursos anteriores.
No obstante, los alumnos que quieren estudiar esta carrera lo saben y por ello se esfuerzan al límite para conseguirlo. Es el caso de la hija de un médico intensivista, quien exhibe con orgullo sus
calificaciones de sobresaliente. "Mi hija mediana mañana hace la #ebau2020. A nadie le sorprendería que yo, como padre, diga que
es brillante y que ha trabajado muy bien, pero no exagero:
ha conseguido unos resultados impresionantes. ¿Sabéis que quiere estudiar?", expresa este facultativo.
Así, este orgulloso padre aprovecha para hacer un alegato de la profesión, sin olvidar las complicaciones que existen a día de hoy y los contratiempos con los que su descendiente se va encontrar. "Sabe que tiene que sacar una nota muy alta para poder entrar. Sabe que después son
6 años de carrera exigente y muchas
horas de estudio. Y
después viene el MIR y competir en una oposición por una plaza de formación para especializarse", continúa explicando a través de un hilo de Twitter publicado desde su perfil.
"De cómo es la residencia no sabe mucho, pero confío en que conozca unas condiciones mejores que las actuales gracias a la lucha de gente como @huelgamirmadrid", explica haciendo referencia a la
huelga MIR planteada para el lunes 13 de julio, "Tampoco sabe que después de terminar la carrera, el MIR y la residencia quizá
no sea fácil encontrar un trabajo estable".
"Hay médicos que nunca dejarían que un hijo suyo lo fuera"
"Y seguro que no sabe que
hay muchos médicos arrepentidos de haber elegido esta profesión, desencantados con su día a día, que
nunca dejarían que un hijo suyo fuera médico y tratarían de quitarle esa idea de la cabeza. Esta es la realidad de ser médico en España, la que menos se ve", sigue argumentando este facultativo, y reflexiona sobre si "debería ponerle toda esa realidad delante de los ojos, hacerle ver la parte difícil y dura de esta profesión: las
horas interminables de trabajo, las
guardias mal pagadas, el contacto con el
sufrimiento y la muerte, la p
recariedad laboral, el abandono de la
sanidad pública".
"Pero, en realidad, no lo voy a hacer porque creo que todo eso se compensa porque tenemos la profesión más bonita del mundo y que merece la pena el esfuerzo, el estudio y todas esas horas de trabajo.
Lo que hacemos los médicos tiene sentido y a mi me sigue haciendo feliz. Sencillo".
Así, recuerda que su hija es "es una persona responsable, capaz y fuerte. También es idealista, valiente y comprometida. Y sé que le gustaría hacer de este mundo un lugar mejor, más justo y con menos sufrimiento y que va a ser feliz si puede poner su granito de arena para hacerlo posible. Y tengo claro que
siendo médico puede conseguirlo"
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