En coma tras usar por primera vez su pene biónico en una relación sexual

El británico Andrew Wardle ha pasado de la euforia absoluta a pelear por su vida en apenas unas horas. Su historia saltó a la palestra en 2015, cuando un documental contaba que había nacido sin pene debido a una rara malformación congénita llamada extrofia vesical, una limitación que había marcado su vida. 

Según recogen varios medios, a principios de 2018 y basándose en el caso de otro británico, Wardle pasó por quirófano en una operación que duró diez horas y por la que pagó más de 55.000 euros (50.000 libras). En ella se le implantó un pene biónico gracias a una técnica innovadora con la que los cirujanos del Hospital Universitario de Londres recrearon el órgano a partir de la piel, los músculos y los nervios que extrajeron de su brazo y utlizando una vena de una pierna. 

Tras un duro operatorio que incluyó pasar dos semanas con una erección de prueba, este británico consiguió perder su virginidad a los 45 años, pero a las horas su pareja se encontró a Wardle inconsciente en el suelo de la habitación, por lo que pasó cinco días en coma en el hospital. Allí, y tras varias pruebas realizadas, los profesionales descubrieron que el problema estaba en su vesícula biliar, que le retiraron mediante una laparoscopia. 

Está recuperado y más feliz que nunca

Pese al mal trago que ha tenido que atravesar, Wardle está ya recuperado y asegura estar más feliz que nunca, entusiasmado incluso con la opción de tener hijos con su pareja. Se muestra agradecido a los médicos por haber hecho un trabajo fantástico pese a las consecuencias del postoperatorio, que le llevó al coma durante varios días. 

Según explicaron los médicos, el mecanismo del pene biónico es sencillo, puesto que el miembro viril "se hincha bombeando un líquido desde un pequeño saco instalado en el escroto".