Cualquier
estudiante de Medicina vive malas noticias en consulta como parte de su formación, pero en algunos casos, por desgracia, también les toca atravesar ese 'mal trago' como pacientes. Su vínculo con la profesión médica junto a su condición de aprendices se ha convertido en un motivo recurrente de anécdotas 'surrealistas' que en muchos casos
no son agradables para el propio enfermo.
Un ejemplo es el caso de Raquel, quien incluso
ante un posible diagnóstico de leucemia, se enfrentó a un 'examen sorpresa' de su médica sobre los resultados de una
tomografía computarizada (TC) a la que le acababan de someter, cuando ella
todavía estaba asimilando su factible enfermedad.
La joven ha expuesto su caso para saber
qué situaciones incómodas han vivido otros matriculados en esta titulación sanitaria al ser atendidos en el hospital. La mayoría de las respuestas que ha recibido exponen vivencias parecidas, en las que algunos facultativos aprovechaban la condición de estudiante de su paciente para
hacerle preguntas sobre la carrera de Medicina en momentos tan 'oportunos' como la
administración de un tratamiento intravenoso o en la sala de espera de Urgencias con una dificultad para respirar aún sin examinar ni tratar.
Cuando tu profesor es también tu médico
Otro de los escenarios más repetidos es el de estudiantes que se han encontrado a sus propios profesores de la universidad como responsables de atender su patología. Tal y como explica otro usuario,
su docente de Otorrinolaringología llegó a darle una hoja de papel para que él mismo
escribiera su propio autodiagnóstico, que posteriormente el especialista terminó dando por válido. Más drástico aún es lo que vivió un joven al que una cara bastante familliar le realizó ni más ni menos que una
colonoscopia, aunque posteriormente aclara que no lo recuerda como algo traumático, sino cómico.
Compañeros de clase o de prácticas, 'inoportunos' si eres paciente
Sin dejar a un lado los encuentros fortuitos relacionados con la facultad, algunos de los más curiosos son los relacionados con otros estudiantes. En uno de los comentarios, una joven recordaba como,
en una de sus visitas al ginecólogo, se encontró con
algunos de sus compañeros de prácticas, que
iban a asistir a esa misma consulta como aprendices. La afectada les invitó a abandonar la sala por el vínculo personal que les unía.
El relato de
Emilio parte de una premisa parecida, aunque el orden de los acontecimientos fue inverso. Conoció en consulta a dos estudiantes de Medicina que
le realizaron una circuncisión, y una vez finalizada dicha intervención, ha coincidido con ellos repetidas veces en la biblioteca de la universidad.
Pero en algunos casos, el 'miedo' parte de un posible 'desliz' cometido por uno mismo. Un residente asegura que, tras ser operado en su hospital, tenía miedo de que el efecto de la anestesia le hiciera confesar inconscientemente
algún que otro 'amorío' que había vivido en esas cuatro paredes meses atrás.
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