Desde que existen las redes sociales, sobre todo las vinculadas a fotos y vídeos como Instagram o
TikTok, los filtros para mejorar la cara han ido cobrando protagonismo. Cada vez son más los adolescentes, y no tan adolescentes, que sucumben a sus efectos y es que han ido mejorando con el paso del tiempo. Recientemente, se ha desatado la locura con un
nuevo filtro, el más real que se haya creado hasta la fecha.
La calidad de la
Inteligencia Artificial mejora a pasos agigantados y prueba de ello está '
Bold glamour' de la popular plataforma de vídeos, TikTok. La imagen resultante es tan real que casi resulta imposible adivinar si la persona cuenta o no con un retoque. Sin embargo, el aparente uso inocente de este tipo de tecnología para mejorar la imagen personal puede llegar a ser peligroso para los adolescentes.
La psicóloga
Ana Isabel Gutiérrez explica a
Redacción Médica que "se están disparando las
dismorfias en los adolescentes por este tipo de acciones". El uso de
filtros mediante los cuales los usuarios de
Instagram o
TikTok pueden mostrarse virtualmente perfectos, sin marcas de acné o cicatrices, "ha provocado
una oleada de baja autoestima" que está generando
problemas psicológicos entre la población joven.
Aumento de tratamientos estéticos
Algunos usuarios de estas plataformas en redes sociales llegan a estar tan obsesionados con su
versión virtual que buscan la forma de hacer permanente ese efecto que provocan los filtros en su cara y acuden a clínicas de
Medicina Estética, aún cuando no han cumplido la mayoría de edad, para conseguir en la vida real esos efectos virtuales.
Así lo explica
Sergio Fernández, vicepresidente segundo de la
Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), que afirma en declaraciones a este periódico que han "detectado un aumento en la demanda de tratamientos para adolescentes, especialmente debido al incremento del uso de las redes sociales y concretamente vinculado la aparición de aplicaciones que permiten instalar diferentes filtros para mejorar, por ejemplo, la calidad de la piel".
Entre el tipo de tratamientos que más demandan los adolescentes en estas clínicas son, según Fernández, aquellos "relacionados con la mejora de las marcas, poros,
imperfecciones de la piel o el acné". Con ello, los adolescentes buscan
convertir en realidad "su yo virtual" alejándose cada vez más de la propia realidad.
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