El pasado miércoles 21 de marzo entró la primavera y, con ello, este fin de semana tocó dar cuerda a los relojes y ‘sufrir’ el cambio horario. Afortunadamente, para aquellos que les tocó trabajar en el turno de noche significó una hora menos de trabajo, pero para los que estaban durmiendo fue una hora menos de sueño. Y es que entre las consecuencias de este adelanto de una hora en la noche del pasado sábado, además del padeciendo físico de un pequeño ‘jet lag’ en el organismo, está que incluso las citas hospitalarias se vean afectadas.
Según cifras del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, sus cifras en inglés), los pacientes tienen un cinco por ciento más de probabilidades de perder una cita en la semana posterior al avance de los relojes en comparación con la anterior. Concretamente, los datos proporcionados por este sistema de salud concluyen que hubo ocho millones de citas perdidas en 2016/17. Además, cada cita hospitalaria para pacientes ambulatorios cuesta 120 libras (137 euros), por lo que las visitas que 'quedan en el aire' representan un problema financiero considerable para el NHS y tienen un impacto negativo en la atención de los enfermos.
Estas conclusiones han sido publicadas por psicólogos de las universidades de Lancaster y York que analizaron más de dos millones de consultas en Escocia entre los años 2005 y 2010 antes, durante y después de los cambios horarios de las distintas estaciones del año. El autor principal, David Ellis, ha manifestado que "más personas se perdieron sus citas después de que los relojes avanzaran en primavera y menos gente se las perdió después de que las retrocedieran nuevamente en otoño".
¿A qué se debe esta pérdida de visitas en consulta? Ellis ha sugerido que este olvido después del cambio del reloj podría deberse a que las personas pierden una hora durante la noche y tienen peor calidad de sueño. No obstante, Rob Jenkins, ha expresado que "también es posible que los pacientes lleguen temprano a las citas después de que cambie el reloj de otoño y tarde después de que los relojes avancen en primavera".
¿Cómo evitarlo?
Los investigadores del estudio han concluido que las posibles soluciones podrían ser el envío de recordatorios adicionales a los pacientes a medida que se acerca el ajuste de reloj de primavera, o la programación de más citas en la semana anterior al cambio horario.
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