Las
teorías conspirativas sobre el Covid-19 continúan a la orden del día. Si hace unos días, el cantante
Miguel Bosé acusaba a Bill Gates de querer controlar al mundo con una vacuna, ahora era el
presidente de la Universidad Católica de Murcia, José Luis Mendoza el que especulaba con una hipótesis parecida.
En su opinión,
la vacuna contra el Covid-19 guarda un propósito oculto para someter a la población. "Quieren controlarnos cuanto se encuentre la vacuna con un chip sacado de uno de nosotros", advertía. "¡Pero qué se han creído, esclavos y servidores de Satanás".
Acusaciones que se suman a las vertidas, también desde el ámbito religioso, por parte del cardenal
arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien hace tan solo unos días aseguraba que la fabricación de una de las vacunas se realizaba con
"células de fetos abortados".
Según Mendoza, el
Covid-19 "no es la voluntad de Dios", sino que son las
"fuerzas oscuras del mal" las verdaderas causantes de la pandemia. "En cada generación aparece el anticristo y aquellos que le sirven con gran poder queriendo usurpar el nombre de Dios". No obstante, aclara: "El mal nunca triunfará sobre el bien".
El directivo también insinúa que se ha tenido
constancia del coronavirus mucho antes de su llegada. Por ejemplo en las "Olimpiadas de Londres", donde ya fue "anunciado" con "la imagen de los féretros" o a través de personas como el
creador de Microsoft y el magnate George Soros, quienes pronosticaron "que se avecinaba hace años".
Mendoza terminaba su discurso en un tono muy diferente, subrayando las bondades de la Universidad de Murcia, como la "empresa familiar sin ánimo de lucro que más puestos de trabajo" genera en la capital de la región.
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