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Experiencia en residencias Covid: "Les cuidé como si fueran mis abuelos"

Mensaje de consuelo de un enfermero a las familias: "Les acercaba fotos. De alguna manera estabais allí con ellos"


02 dic 2020. 17.35H
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Los datos de contagios y fallecimientos por coronavirus no son los únicos que reflejan la terrible situación vivida en las residencias durante la pandemia. Tamibién lo hacen los testimonios de aquellos que cuidaron de sus inquilinos con total dedicación en estos nueve meses.

Curro es uno de ellos. Hasta ahora no había tenido la fuerza suficiente para compartir su experiencia como enfermero residente en uno de estos centros. "Ahora me siento capaz de ver que realmente he hecho algo bueno allí", explica, en un intento de "calmar ese malestar de tantos familiares que perdieron a sus abuelos". 

La necesidad de aislamiento en las residencias ha hecho que, muchos sanitarios como él, hayan tenido que acompañar a todos aquellos que, tras "años de vida, solo les quedaba el último aliento". A todas esas familias les enviaba un mensaje de consuelo: "Si tú, has perdido a tu familiar en una residencia estoy seguro que ha tocado con profesionales como yo, y por tanto puedes hoy respirar algo mejor y quitarte algo de esa culpa que piensas que tienes de encima...". 


Y es que, ni siquiera los conocimientos adquiridos en la carrera, en las oposiciones y en las prácticas, consiguen "enseñar" lo suficiente como para "trabajar" en una pandemia, admite. En su caso, optó por actuar como si todas esas personas mayores fueran "sus abuelos" para darles el mejor trato posible durante sus últimos momentos de vida

"Tanto es así que cuando me ponía a pensar que tenía que despedirlos, me salían las lagrimas", asegura, convencido de que su trabajo como enfermero ha servido como correa de transmisión emocional entre pacientes y familias. "Estoy seguro que en esas lágrimas, también iban las de vosotros, y si mis pacientes la sentían y sentían mi preocupación por su bienestar también sentirían vuestras ganas de estar en ese momento con ellos". 


Como enfermero, Curro consideraba primordial aliviar el dolor y la sensación de disnea de sus pacientes, por lo que intentaba adelantarse a los síntomas o preparar elastómeros de morfina y conseguir así que se "marcharan sin una mueca de dolor". 

"Siempre dejaba una luz encendida que diera un entorno acogedor a su despedida, echaba las cortinas pero siempre dejando la posibilidad de ver el cielo"


Y por supuesto, que se sintieran acompañados y queridos. A pesar de la enorme carga asistencial, este sanitario también procuraba que no sufrieran la soledad propia del aislamiento, transmitiéndoles todo el cariño que no podían darles los suyos.  

"Tenía muchos pacientes a mí cargo, pero  eso no quita a que cada x minutos me pasará por su habitación, le acariciara la cara, le cogiera la mano y le dijera palabras de alivio, y cuando me marchaba siempre les dejaba en una posición cómoda", explica el enfermero.  

"Encontrar la paz en medio de una pandemia"


También era importante el ambiente que les rodeaba. "Ninguno falleció a oscuras, siempre dejaba una luz encendida que diera un entorno acogedor a su despedida, echaba las cortinas pero siempre dejando la posibilidad de ver el cielo", explica. Pequeños gestos como airear la habitación, hidratarles los labios o ponerles paños de agua cuando la fiebre era excesiva ayudaban, así mismo, a mejorar su estancia y a hacer que sus últimas horas fueran como mínimo "tranquilas y alentadoras". 


En esos últimos momentos la parte sentimental y los pocos lazos materiales que les unían con sus seres queridos eran fundamentales. Por ello procuraba colocar cerca de ellos las fotos de sus familiares, "mirandolos", los dibujos y peluches de sus nietos, las imágenes de sus hijos casándose, estampitas de sus hermandades...Hasta cartas de amor que guardaban como "reliquias". "Podéis estar tranquilos porque de alguna manera u otra estabais con ellos presentes", cuenta, con la esperanza de consolar a los familiares que han vivido dicha situación. 

Antes de decir adiós, no podía evitar pensar en "las personas que habían sido y en la vida que habían construido y dejaban aquí". De hecho, "rezaba porque allí arriba se sintieran agusto". " Y que cuando nos encontremos me recuerden con la sensación de que encontraron la paz en medio de una pandemia". 




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