La
falta de material se ha convertido ya en un problema común en las zonas más afectadas por el coronavirus. Es el caso de
Estados Unidos, país con
mayor número de fallecidos por Covid-19 en las últimas 24 horas. En su jornada diaria, los
profesionales sanitarios no solo tratan de combatir el virus. También se enfrentan a un nuevo enemigo como es el miedo que genera tratar a pacientes infectados sin un
equipo de protección adecuado.
La desesperación ha llevado a muchos
sanitarios como Sydni a denunciar públicamente esta situación en las
redes sociales. En su última publicación, esta enfermera de Iowa, relataba lo duro que es en estos momentos hacer su labor sin una protección válida. Hace unos días
no pudo más y se derrumbó. "Lloré de agotamiento, de derrota."
Lo peor, según cuenta, no son las marcas que deja trabajar
13 horas seguidas con un EPI sino tener que reutilizarlo día tras día. "Me duele la cara después de usar un N95 durante 13 horas, que resulta ser el mismo N95 que utilicé ayer durante 12 horas y media, y el mismo de toda la semana".
Es muy incómodo tener que escuchar además comentarios como
"Esto es por lo que te hiciste enfemera". Sydney explica que se inscribió para "atender a pacientes enfermos" no para "estar desprotegida ante su enfermedad". Reconoce, eso sí, que en su hospital, en concreto, están haciendo todo lo posible para conseguir la protección necesaria. Cree que tampoco tiene por qué "aguantar los
gritos de pacientes enfadados por lo que considera "una falta de preparación del Gobierno", ni "arriesgar su salud y la seguridad de su familia porque la gente quiere irse de vacaciones" después de que lo prohibieran.
Una idea compartida también por las enfermeras que luchan contra el coronavirus en España:
La angustia y el miedo han hecho que cada vez que esta estadounidense entra en una habitación se planteé si ese
paciente va a ser el responsable de su contagio. "En el fondo de mi mente pienso que esta puede ser la persona que me traspase el virus". Ella, a su vez, podría contagiárselo a sus hijos y a su esposo "asmático". "Esta es mi nueva realidad", afirma.
"Esto solo es el comienzo"
Para ilustrar la gravedad de la situación, Sydni ponía como ejemplo
la muerte de una de sus compañeras en Nueva York a causa del
Covid-19. Tenía unos 40 años y no presentaba patologías previas, solo "asma muy leve". "Esto no es un cuento, es un riesgo real", advertía la sanitaria, que asegura que
"esto es solo el comienzo". En su opinión, los últimos datos arrojados representan la punta del iceberg. "Ni siquiera hemos arañado la superficie del impacto de lo que esta enfermedad va a hacer en nuestro país".
No es la única que siente miedo ante estas circunstancias. Una de sus compañeras confesaba sentir lo mismo en sus comentarios y recalcaba la idea de Sydni:
"No nos registramos para estar desprotegidos". Su unidad ha sido aislada para todos los casos confirmados de coronavirus. "Tengo un nudo en el estómago y estoy temblando de ansiedad por el turno de este fin de semana", escribía esta enfermera. El peor sentimiento, asegura, es no obstante, "no poder ni siquiera ayudar".
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