Es una llamada a la desesperada. El hijo de
Mario González e
Isabel Pantoja,
Luis Manuel, nació hace diez meses en
Tecoman, al oeste de
México, sin ninguna complicación. Cuando llegó al mundo medía
52 cm y pesaba
3,5 kg.
Sin embargo, enseguida empezó a comer sin ningún control y su desarrollo no era acorde para el tiempo que tenía. Al mes de vida ya le tenían que poner ropa para niños de
dos años. Ahora, recién cumplidos los
diez meses, la balanza marca casi
30 kilos, un peso que equivaldría al de un chaval de nueve años.
A falta de confirmar el
diagnóstico, los médicos que han tratado al pequeño consideran que podría tener el
síndrome de Prader-Willi, una
enfermedad genética que provoca un hambre insaciable en los niños antes de desarrollar problemas graves de
obesidad y
diabetes tipo 2.
Causada por un defecto en el
cromosoma 15, la patología conlleva otros
síntomas como crecimiento restringido, reducción del tono muscular, falta de desarrollo sexual o
problemas cardiovasculares.
El tratamiento consiste en una serie de
inyecciones hormonales, con un precio de unos
530 dólares por dosis. La familia se ha gastado prácticamente todos sus ahorros en intentar dar una explicación a lo que le ocurrió a su retoño y ahora apenas tiene dinero para dar pistoletazo de salida a la
terapia, con lo que han pedido ayuda a través de
medios locales y
redes sociales.
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