"Por primera vez en mi vida, me rindo". Así empezaba el tweet que publicaba la enfermera gaditana
Míriam López y con el que hacía público en redes su "abandono" a la preparación del EIR, cuando quedan menos de dos semanas para el examen.
La enfermera incide en que
compatibilizar el trabajo, el máster y la preparación de dicho examen era prácticamente imposible. "Me estaba matando. Me he llevado unas navidades que lo único que hacía era dormir, comer, trabajar (fija de noche a jornada completa en UCI adultos)", aseguraba.
Míriam ha explicado a
Redacción Médica que para 2023 se va a
"priorizar", tras reconocer que no puede con todo y que es consciente de ello.
El examen EIR del próximo 21 de enero sería el segundo al que se presenta, ya que el año pasado no pudo conseguir la plaza en la especialidad que quería, Enfermería Pediátrica.
Pero la decisión de la enfermera no es un simple capricho. La presión y el estrés del examen han llevado a Míriam a plantearse si la
Enfermería Pediátrica es realmente el camino que quiere tomar, y esta es una duda que aparece en muchos de los estudiantes de EIR. Míriam asegura que la "presión del no llegar" y su último trabajo , han sido las "razones fundamentales" por las que ha decidido no presentarse.
Priorizar es pensar en salud mental
Míriam tiene claro que
la salud mental es "crucial" de cara a afrontar el examen. "Tengo compañeras magníficas que se sacrificaron sin trabajar, y sacaron plaza a la primera, pero que después necesitaron ayuda psicológica porque la presión a la que nos vemos sometidos es demasiada", explicaba.
A pesar de todo, no cree que el examen en sí sea el problema, sino
"el ímpetu" de las nuevas generaciones por tener todo cuanto antes para sentirse más valorados y preparados. "Los comienzos son duros y la situación laboral de los enfermeros es de las peores en toda Europa, eso unido a la conocida 'titulitis', provoca que queramos llevarlo todo a la vez y tenerlo todo cuanto antes", insiste la enfermera gaditana, aunque también asume que es su opinión y que algunos de sus compañeros que ejercen fuera de España se encuentran felices por cómo funciona el trabajo en enfermería.
Una rutina de agobios y estrés
Adriana Velasco, enfermera en el
Hospital de Basurto en Bilbao, también se está preparando para el examen, y explica a este periódico las
complicaciones de compatibilizar la preparación del EIR con un trabajo a jornada completa. Esta es la segunda vez que se presenta a la prueba y, a pesar del estrés que le genera, ha decidido afrontar este segundo intento con más calma.
"
Veo normal que algunas personas decidan tirar la toalla porque es una
dedicación muy intensa y puedes colapsar. Lo más estresante es tener que hacer simulacros del examen, porque puedes encontrarte con resultados que son malos y pensar que el esfuerzo no vale para nada", insiste la enfermera bilbaína.
A veces el estrés también se puede generar por las planificaciones de estudio en las academias. En el caso de Adriana, que decidió apuntarse a un curso intensivo desde septiembre. "Te organizan lo que tienes que estudiar cada día, te dan tus horas de sueño pero no tienen en cuenta si trabajas o no porque es una dedicación 100 por cien al estudio", reconoce.
A las puertas del examen
Las pruebas MIR y EIR 2023, así como las del resto áreas de Formación Sanitaria Especializada (FIR, PIR, QIR, BIR y RFIR),
tendrán lugar el próximo 21 de enero. El examen tendrá una duración de cuatro horas y media, tiempo en el que los aspirantes deberán cumplimentar un formulario que constará de 200 preguntas y 10 de reserva, todas ellas con cuatro opciones de respuesta.
En cuanto al EIR 2023, el departamento de Sanidad ha confirmado que el número de aspirantes es de 7.882, después de haber sumado 35 más desde que diera a conocer el balance provisional. Estas enfermeras se disputarán 1.961 plazas.
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