Cada año miles de jóvenes ocupan su
plaza MIR y cambian los pasillos de la universidad por los del hospital, y pese a tratarse de un salto ilusionante, muchos de ellos insisten en el
nivel de exigencia adicional ligado a esta nueva etapa. Para reflejar este "duro" día a día han iniciado un 'trend' en TikTok en el que ilustran a través de fotografías las principales diferencias que viven respecto a sus años de carrera.
Uno de los primeros perfiles en publicar este vídeo ha sido el de
Lucía Svriz, residente en Madrid. Rebuscando imágenes en la galería de su teléfono, la joven ha mostrado el
cansancio físico y mental que implican sus actuales horarios y advierte a quienes quieran seguir el mismo camino que serán "adictos al café" o que tendrán que "estudiar y hacer el
trabajo que otros médicos no quieren", entre otros avisos.
Una lista a la que ha querido añadir, como aspecto positivo, el apoyo de sus
compañeros de hospital acompañado de una foto de sus respectivos zuecos. Entre los comentarios también ha sembrado alguna nota de optimismo, respondiendo a aquellos que le escribían desde el escritorio, con los
apuntes del MIR delante, que pese a todos estos sacrificios
finalmente "eres feliz", aunque en el último instante del vídeo asegura que
"volvería a ser estudiante".
Cansancio y sacrificio, los grandes contras del MIR
Entre los comentarios al vídeo de Lucía figura el de
Inés Rodrigo, quien le agradece haber publicado un vídeo real, que no "romantice" la vida como residente. Ella misma quiso sumarse a la causa y difundir en su perfil de Instagram los mayores cambios que ha vivido como
R2 de Medicina Familiar y Comunitaria en el
Hospital La Paz respecto a su andadura de estudiante de Medicina en la
Universidad Autónoma de Madrid. En su caso, añade a todo lo mencionado la
dificultad para conciliar, avisando a los actuales opositores al MIR de que vivirán "
por y para la Medicina", ya que les tocará invertir "más horas en el hospital que en casa".
También ha destacado que durante las guardias, el
cansancio puede hacer dudar a los futuros residentes, y que no sepan si están peor ellos mismos o algunos de sus pacientes. A diferencia de Lucía, Inés asegura que no le gusta el café, y que por tanto los estragos de las
largas horas de guardia se notan todavía más en su caso particular. Además no siempre tiene la opción de reponer fuerzas, ya que tal y como muestra a sus seguidores, en algunos casos no le queda más remedio que "comer cualquier cosa" para atender a tiempo a todos sus pacientes.
Entre las cuestiones que preocupan a la residente de Medicina Familiar y Comunitaria en el plano emocional, el vídeo incluye algunos como la
renuncia a fechas importantes con la familia o el luto tras la muerte de un paciente, algo que no se enseña de manera teórica en las facultades de Medicina. No obstante, ella también ha querido reflejar que pese a
replantearse su profesión "200.000 veces", recuerda que es su mayor deseo y que el agradecimiento de los pacientes es lo más reconfortante.
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