Según las creencias católicas, el
ángel de la guarda tiene la misión de proteger, guardar y guiar a cada hombre durante su vida. Una misión que comparten con los
médicos, quienes velan por nuestra salud y nos protegen de posibles enfermedades.
Un domingo por la noche, el pequeño
David acudió, junto a sus padres, al hospital por un ataque de asma. Allí fue atendido por un médico y su equipo para intentar calmar los síntomas. Los facultativos hicieron, además, otra serie de exploraciones y, tras encontrar un pequeño bulto en un testículo, determinaron que el niño padecía además un
rabdomiosarcoma en fase inicial.
La madre de David ha querido
agradecer, a través de una carta, la magnífica labor que realizan los médicos. "No sabemos cuándo terminaremos el tratamiento, pero independientemente de lo que nos queda por pasar, tenemos una deuda impagable con la vida y necesitamos que usted y su equipo sepan que gracias a todos vosotros nuestro hijo y nuestra familia va a tener la
oportunidad de vivir. Gracias".
La carta, que el propio médico que trató a David ha difundido por las redes sociales, ha llegado hasta los compañeros de profesión quienes han asegurado que
volverían a elegir ser médicos y se han mostrado orgullosos de su profesión. Asimismo, ha recibido felicitaciones por haber diagnosticado a tiempo la enfermedad.
No siempre ser médico es una
profesión gratificante, pero con agradecimientos tan sinceros como el de los padres de David, todos querríamos tener esta profesión.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.