La
saturación de los Servicios de Urgencias genera a diario situaciones de estrés entre los profesionales que deben hacer frente a esta problemática. Una de ellas, médico urgencista desde hace 17 años, ha aprovechado
su blog 'En las nubes' para publicar una carta viral en la que comparte su
frustración tras su última jornada de guardia. Para ello ha escogido un elocuente título: "Urgencias Hospitalarias: esto se hunde".
Según explica, su jornada acabó firmando un certificado de defunción, pero su tristeza es por los "casi 30 pacientes que se
quedaban en Urgencias pendientes de cama y por todos los que se les habrán ido añadiendo a lo largo del día de hoy". Del mismo modo, "estoy triste
por todos esos pacientes que me recibieron ayer con una sonrisa y un 'gracias'
después de esperar 7 horas a ser atendidos" y por aquellos que "necesitaban una camilla y no podíamos dársela". También su tristeza era por "esos otros afortunados que sí la tenían, pero se iban a pasar sobre sus 10 cms de colchoneta de espuma las próximas 24 horas". En resumen, la profesional asegura que está triste "porque me siento como un hámster corriendo en una rueda sin fin sin llegar nunca a un destino".
"Estoy triste por los pacientes que me recibieron con una sonrisa y un 'gracias' tras esperar 7 horas a ser atendidos"
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La crítica de esta profesional radica en
la gestión de la gripe, que no entra dentro de las cosas que son impredecibles y que "siempre llega", de manera que "alguien debería haber pensado qué podíamos hacer para minimizar sus efectos". Además, debido a que es algo que se repite cada año, se
cuestiona qué modelo asistencial necesitamos.
Primaria, la "hermana pobre"
Según su discurso, el problema es que "
menospreciamos la Atención Primaria", "la hermana pobre", en la que se programan "agendas que son completamente inasumibles,
pacientes citados cada minuto, consultas forzadas urgentes y, si alguien se pone enfermo, pues el compañero hace trabajo doble". Además, recuerda que es difícil encontrar sustitutos, en parte por los profesionales que han salido de España en busca de mejores condiciones laborales y en parte porque "alguien no calculó bien cuántos médicos necesitarían en un futuro".
Y ese "alguien que no ha hecho bien su trabajo" es, según su escrito, alguien "a quien
votamos cada 4 años pero que solo piensa en renovar otros cuatro".
Mientras eso ocurre, esta urgencióloga lamenta que "somos tan tontos que tragamos y nos dedicamos a gritar a la enfermera que nos está
atendiendo como puede en Urgencias en medio de un mar de camillas, aceptamos sustituir al compañero enfermo sin rechistar, seguimos corriendo sin parar y llorando cuando llegamos a casa después de una guardia infernal".
Pese a todo, la crítica de esta doctora termina recordando que
le encanta ser médico. "Solo quiero poder hacerlo con dignidad", sentencia.
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