El urgenciólogo
Julio Armas Castro acudía a la farmacia a por su medicación como cualquier otro día. Sin embargo, ese día una señora le tomó de lo mano llorando. Tal y como cuenta en un mensaje publicado en su perfil de Twitter, “cuando he podido preguntarle qué le pasaba me ha dicho que
le salvé la vida hace 2 años”. Un sincero gesto de gratitud que le ha marcado porque, como cuenta,
“no recuerdo su cara, pero sus lágrimas estoy seguro que las recordaré siempre”.
Reconocimiento y apoyos
Las respuestas a su historia no se han hecho esperar, como la de Rebeca, que destaca
“que suerte todo aquel que cae en tus manos, unos se podrán salvar, otros no debido a las circunstancias, pero lo que estoy segura, al menos yo, es que se te va la vida en ello”. Por eso, pide, por favor,
“que alguien cree humanos como tú”.
Mientras, María Dolores, sostiene que “la cara del profesional que en un momento dado de tu vida te alivia el pesar, esa no se te olvida mientras vivas, lo sé por experiencia propia”.
“Me alegro que te lleguen esos momentos que te dan paz y saber que lo que haces te llena”, indica, por ello, le da las gracias por “ser como eres”.
Otra usuaria, Unamas, cuenta que “jamás podré olvidar ni agradecerte q me contestases por privado al recurrir a ti, mi marido estaba con 40 grados de fiebre y en el teléfono de atención decían que esperásemos si no le costaba respirar.
Te escribí y me dijiste que fuese a urgencias. 10 días ingresado grave por Covid”, por eso, también, le da las gracias.
Otros como Albert Páez explica que “sé que los sanitarios lo estáis pasando mal de verdad, pero puede haber algo más reconfortante para un profesional”.
“Gracias, Julio, otro día podría ser yo...”, zanja.