La referencia a "tener
letra de médico" cuando alguien escribe de manera ilegible no proviene de la nada. Muchos pacientes se sienten
incapaces de leer lo que pone en recetas o informes que les escriben los galenos, situación que ha mejorado con la llegada de la tecnología y la receta e historial electrónico, pero que sigue dando
quebraderos de cabeza a quien está al otro lado de la mesa recibiendo el papel de puño y letra del profesional sanitario.
En este sentido se ha manifestado un
usuario de la red social Twitter, que ha compartido una imagen pidiendo si "alguien que sea médico me puede decir
qué narices pone aquí?", y añade "decidme que vuestros exámenes eran tipo test y que por eso
no tuvísteis que mejorar vuestra letra para aprobar, porque si no, no puedo visualizar a un profesor corrigiendo vuestros exámenes", a lo que el anestesista Miguel Díaz le confirma con un emoticono riéndose que sí, que eran tipo test.
Para algunos de los usuarios que responden, profesionales la mayoría, "ese es el
resultado de coger apuntes a mano a velocidad de AVE en la facultad. Luego trabajando todo es con ordenador (aunque actualmente cogen apuntes con el ordenador o tablet)". "Si es que no hay quien entienda la letra de los médicos. Yo creo que
en primero de carrera les dan criptografía", expone un botánico.
"Confirmo que los médicos tienen el super poder de entender lo que dice. Yo no entiendo casi ni una palabra"
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Para el común de los mortales, entender esto forma parte de una
especie de superpoder que tienen médicos, enfermeros y farmacéuticos. Los primeros como autores de los textos, y los otros dos como traductores oficiales de los mismos. De hecho, más de un enfermero ha admitido que por sus años de trabajo con médicos se ha acostumbrado a esta caligrafía, y lo acompaña del
hashtag de
#EnfermerasTraductoras. "Yo después de 18 años de enfermero viendo caligrafía de este estilo, más seis años trabajando con afásicos, casi diría que soy capaz de leer la mente", escribe uno de ellos que trabaja en Neurología.
El debate se ha abierto entre pacientes y sanitarios, estos últimos reproduciendo con exactitud lo que aparece en la imagen ilegible para el común de los mortales. "Al leer las respuestas a este
tweet confirmo que los médicos tienen el super poder de entender lo que dice. Yo no entiendo casi ni una palabra", escribe un usuario. "No es difícil de entender si sabes los tecnicismos, si no es obvio que no puedes saber a qué se refiere. Es la
deformación de tener que escribir mil veces lo mismo. Menos mal que ahora se va haciendo casi todo a ordenador", afirma un neurólogo.
Buenos traductores de médicos
Sin embargo, si alguien tiene fama en este contexto de buenos traductores, son los
farmacéuticos. "Naaa llevalo a un
perito caligráfico, bueno también se les conoce por farmacéuticos", explica un usuario, corroborado por una farmacéutica que se define como "descifradora de recetas". "Los farmacéuticos tenemos buen entrenamiento para estas cosas... aunque la
receta electrónica ha sido una bendición", admite otra. "Cualquier farmacéutico de más de 35 años interpreta el jeroglífico perfectamente", suma un médico.
Para que quede claro, muchos han reproducido lo que pone en el papel de la imagen: 86 años. Ritmo sinusal 75 lpm. Alteraciones de repolarización en cara anterolateral, aunque como dice una enfermera, "
para leer esto hay que ser enfermera, médico o farmacéutico. Está encriptado para el resto de los mortales". "Es la conclusión de un electrocardiograma, supongo. El cardiólogo te lo explica en el contexto de toda la historia clínica porque ese dato aislado no es suficiente", argumenta una médica.
Sin embargo, un nefrólogo explica que "se lee clarísimamente bien. Cualquier médico lo lee a la primera.
Si no eres médico te debe dar igual lo que pone. El médico ya te habrá dicho que no es nada grave ni relevante. O sea que elige: te quedas tranquilo y todos contentos o estudia 6 años de Medicina más 4 o 5 de MIR".
Posible explicación
Para intentar dar una explicación a esta caligrafía, un médico vocacional comparte una historia que señala a que a principios del siglo XIX se decretó que los
médicos dejaran de escribir las recetas en latín y lo hicieran en Español. Esta noticia no fue del agrado de los galenos, pues creían que usar el lenguaje del vulgo reducía el prestigio de su trabajo. Los médicos terminaron por obedecer la orden,
decidieron utilizar una letra cursiva difícil de leer, a manera de represalia a la orden decretada por las autoridades. "Sea cierta o no esta historia, sin duda la venganza de los médicos continúa hasta el siglo XXI", sentencia este médico.
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