La
comunicación entre médico y paciente es el eje fundamental del que emergen todas las cuestiones ligadas a la
asistencia sanitaria: pruebas, tratamientos, informes, derivaciones... Pero esta toma de contacto no siempre se produce de manera óptima para ambas partes, ya que no todas las personas que
acuden a una consulta están de acuerdo con el veredicto de su facultativo.
De hecho, a veces son los propios pacientes quienes exponen a estos especialistas
su propio diagnóstico y, en consecuencia, les sugieren qué pasos deben seguir, solicitando incluso procedimientos concretos. En muchos de estos casos la opinión del
profesional de la salud es diferente, y por tanto, también será distinto el itinerario que marcará.
Este escenario ha sido motivo de debate durante los últimos días en
X (antiguo Twitter), tras las quejas de una paciente sobre las directrices de su médico. A raíz del
post, algunos sanitarios han querido reflexionar sobre estas discrepancias y la actitud de aquellas personas que desconfían de su trabajo.
¿Se ha "perdido la fe" en Atención Primaria"?
Es el caso de Javier, un residente de
Medicina Familiar y Comunitaria que ha querido exponer su opinión al respecto. Asegura tener un "conflicto interno" al respecto, ya que pese a sentir "rechazo" por los
pacientes que exigen pruebas, también asegura que teme "banalizar ciertos síntomas porque no parecen nada", y pasar por alto patologías o procedimientos importantes.
Para encarar este problema, insiste en la importancia de la
educación sanitaria, así como en la necesidad de fomentar una
buena relación médico paciente basada en la confianza. También considera fundamentales otros aspectos como la "monitorización de la clínica" o la realización de pruebas complementarias. Pero sobre todo, hace un llamamiento a sus compañeros de profesión con una reflexión colectiva: "Tenemos que hacer nuestra autocrítica porque, sobre todo en
Servicios de Urgencias, banalizamos mucho la clínica de cierto perfil de pacientes (¿cuántas veces hemos pensado 'bah, mítica
ansiedad, pasando' de forma inconsciente?)".
Además de esbozar algunas soluciones, este
MIR también ha querido analizar las posibles causas de este
desajuste entre profesionales y pacientes. La primera de ellas guarda relación con las
condiciones laborales del personal sanitario, concretamente a la "presión" propia de las
guardias y al abordaje conjunto que requieren patologías como la ansiedad. Además, ha añadido que el mayor perjudicado es el propio enfermo, que de forma paralela "termina sufriendo".
También ha señalado que debido a la demora en Atención Primaria, algunos pacientes optan por acudir a Urgencias para agilizar sus intervenciones. Todos estos factores han desembocado, a su parecer, en un sentimiento generalizado de desconfianza ante el primer nivel asistencial, ya que "mucha patología se soluciona con un buen
seguimiento sin necesidad de pruebas". Es por esta razón por la que llama a sus compañeros de especialidad a movilizarse de manera individual y colectiva para que el prestigio de la
Atención Primaria "remonte".
Pacientes que desconfían en consulta: ¿Qué hacer?
Las
especialidades hospitalarias tampoco han querido mantenerse al margen del debate inicial sobre la
actitud de algunos pacientes y la desconfianza ante las directrices del propio médico. Un ejemplo es el de Lina, una especialista en
Neurología que no ha dudado en responder a quienes han puesto en cuestión la
implicación de los facultativos al "desobedecer" las sugerencias de sus propios enfermos. Su mensaje para todos ellos ha sido el siguiente: "Si ya sabéis lo que tenéis y las pruebas que necesitáis y el tratamiento, no vengáis a la consulta.
Id a un privado y pagaos la analítica, interpretadla, y comprad la medicación por internet".
Esta misma especialista ha aclarado sus palabras en un mensaje posterior, en el que ha matizado que el quid de la cuestión está en la
actitud con la que el paciente explique sus inquietudes al médico, así como en la manera en la que aborde la respuesta del sanitario. "Sugerir. Esa es la clave", sostiene. También ha insistido en
dejar a un lado los prejuicios sobre la profesión médica basados en episodios concretos: "Tu experiencia individual, si bien es cierta, no traduce NADA a nivel general ni implica que todos los médicos seamos malos".
Otros especialistas han aprovechado para remarcar la
financiación limitada de la Sanidad Pública, explicando a estos pacientes que la realización de pruebas sanitarias implica un gasto presupuestario que es arriesgado asumir sin el contraste de un profesional cualificado. También han señalado que la
optimización de recursos también garantiza el acceso a dichas intervenciones al resto de pacientes que las necesitan.
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