Prepararse para el
examen MIR conlleva un gran nivel de concentración, además de lidiar diariamente con el
estrés y la
ansiedad que supone enfrentarse a una prueba en la que te juegas
una plaza en la especialidad deseada. Son muchos los residentes que confiesan que, tras pasar años de estudio preparando esta prueba, padecen
insomnio o problemas asociados a su
salud mental, como
depresión, Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) o Trastorno Obsesivo-compulsivo lo que les ha llevado a solicitar terapia psicológica. Aunque estos efectos ya son condicionantes en su vida, el
MIR también deja otras huellas: las físicas.
En una encuesta elaborada por este periódico, los residentes que se encuentran estudiando el próximo examen MIR (así como los que ya han pasado por ello convocatorias atrás) han revelado que padecen diversas secuelas que afectan a diferentes áreas de su cuerpo. Muchos afirman que han tenido
dolores musculares, astenia, contracturas y hasta
hernias lumbares derivadas del gran número de horas que han pasado sentados frente a los apuntes en sus escritorios o en bibliotecas, muchos con malas posturas que han causado daños en sus espaldas.
Subida y bajada de peso por el MIR
Enfrentarse a este examen no solo ha afectado a esta área de su cuerpo, sino que el estrés ha producido cambios en su
alimentación. Algunos confiesan que los nervios han hecho que su estómago se cierre, lo que ha provocado una
importante pérdida de peso. Pero también los hay que, de forma contraria, han sumado hasta "30 kilos" a su figura, según confiesan a
Redacción Médica. Estas subidas y bajadas de peso también han originado "problemas digestivos" que han sido notorios desde que se ha iniciado la preparación MIR. Otros no acusan cambios en su peso, pero afirman haber padecido "parálisis facil" consecuencia de la tensión generada por enfrentarse a esta prueba escrita.
El esfuerzo visual también ha generado daños en estos opositores que acusan, con el paso de los meses,
vista cansada o
aumento de dioptrías en personas que ya padecían problemas previos de visión como
miopia o
astigmatismo. Además, el gran número de horas que los MIR pasan estudiando no solo afecta a los ojos, sino que ese ahínco deriva en
dolores de cabeza,
migrañas y hasta
fatiga mental.
Brotes de acné o dermatitis al preparar el MIR
Otros efectos más inusuales que los residentes confiesan haber comenzado a tener tras prepararse el
examen MIR son "alopecia, bruxismo, herpes labial o colitis ulcerosa". Por otro lado, la piel también sufre los efectos de este sobreesfuerzo con la aparición de brotes de acné, dermatitis seborreica y psoriasis.
"¿Esconde el MIR un plan en el que solo sobrevive el más fuerte?"
|
La cantidad de síntomas experimentados lleva a una futura
residente a plantearse si en realidad preparse el
MIR esconde detrás un plan en el que solo "sobrevive el más fuerte". Asegura que tras sufrir pérdida de peso porque "no hay tiempo para comer", también ha acusado dolores de espalda y problemas de visión: "No veo tres en un burro", confiesa. Además, la vorágine de emociones que supone esta prueba ha derivado en no saber "ni lo que es la
salud mental".
Superado el examen y una vez que se ha conseguido la plaza en la especialidad deseada, los problemas no mejoran. "Tengo cambiado el hábito del sueño y he engordado seis kilos", explica un residente evidenciando que esas dolencias incluso han empeorado al asumir las
guardias de 24 horas que también suponen un sobreesfuerzo físico que deja huella.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.