MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
La desnutrición relacionada con la enfermedad afecta a alrededor de dos millones de personas en España, uno de cada cuatro pacientes hospitalizados, y es una situación clínica que afecta especialmente a personas mayores o con enfermedades oncológicas, respiratorias o cardiovasculares; según alertan desde la Alianza másnutridos y la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE), que añaden que esta situación se ha visto agravada por la pandemia de Covid-19.
"La desnutrición relacionada con la enfermedad retrasa la recuperación de la persona, prolonga su estancia hospitalaria y, por lo tanto, incrementa en más de un 50 por ciento el coste asociado a cada paciente", señala el presidente de la Alianza másnutridos y presidente de SENPE, el doctor Miguel León, que añade que "una atención nutricional adecuada y precoz puede reducir la mala evolución clínica y la mortalidad".
DESNUTRICIÓN Y COVID-19
Además, estos expertos advierten de que la situación de pandemia por Covid-19 ha incrementado los cuadros de desnutrición. Explican que, más allá de problemas respiratorios, la Covid-19 provoca alteraciones nutricionales como disminución de la masa muscular, pérdida de apetito, pérdida de peso importante, alteraciones en el sentido del gusto y dificultades para tragar. En estas circunstancias el aporte de alimentos se reduce y aumenta el riesgo de desnutrición, que los expertos estiman presente entre el 30 y el 80 por ciento de los pacientes, especialmente en personas mayores o con enfermedades previas crónicas.
En opinión del doctor León, "los pacientes afectados por Covid-19 pueden desarrollar "desnutrición relacionada con la enfermedad aguda con inflamación" por el aumento de requerimientos energéticos con dificultad para cubrirlos debido a la pérdida de apetito, la existencia de una situación inflamatoria grave y la coexistencia de dificultades en la alimentación; a todo ello se le une en el caso de la infección por Covid-19, los síntomas propios de esta enfermedad como náuseas, vómitos y diarrea, que afectan tanto a la ingesta como a la absorción de alimentos".
Los pacientes hospitalizados por covid-19 son pacientes de riesgo por lo que la valoración y la intervención nutricional deben integrarse en su atención, tanto en la fase aguda de enfermedad en el ámbito hospitalario, ya sea en la UCI o en las Unidades de agudos, como en la fase de seguimiento posterior, coordinado desde Atención Primaria o centros sociosanitarios. No obstante, la recuperación nutricional de estos pacientes tras el control del virus se extiende a lo largo de tres o seis meses.
La desnutrición y la sarcopenia son dos patologías muy prevalentes en la población hospitalaria, que se relacionan con mayor morbimortalidad, costes sanitarios y afectación en la calidad de vida de los pacientes.
El estudio SeDREno-2, realizado en 19 hospitales de País Vasco, Cantabria, Asturias, Navarra y La Rioja para analizar la incidencia de la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad (DRE) y de sarcopenia, muestra que uno de cada 3 pacientes tenía desnutrición y probable sarcopenia al ingreso, siendo la pérdida de masa y función muscular una de las consecuencias más críticas de la desnutrición. Asimismo, los pacientes más afectados con los mayores de 70 años, las mujeres y personas con diabetes.
En este contexto, la integrante del Grupo Interterritorial de la Alianza másnutridos, la doctora Ana Zugasti, afirma que "son necesarias estrategias transversales para la detección y tratamiento precoz de la desnutrición antes de que afecte a la masa y función muscular de los pacientes". En este sentido, detalla que esta situación aumenta el nivel de dependencia de las personas mayores de 60 años, predice un alto riesgo de mortalidad y retrasa la recuperación de cualquier enfermedad, limitando la calidad de vida".
Así las cosas, la Alianza másnutridos aboga por lograr el abordaje multidisciplinar de la desnutrición relacionada con la enfermedad y la implantación del cribado en los diferentes niveles asistenciales, buscando conseguir iniciativas nacionales y regionales que incluyan actuaciones contra la desnutrición y contemplen el cribado.