MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Un estudio llevado a cabo por investigadores del King's College de Londres (Reino Unido) sobre una muestra de 20 personas sanas, y que ha sido publicado en la revista 'Circulation Research', ha evidenciado que estar cerca de una cocina de gas reduce la presión arterial.
Para llegar a esta conclusión, los expertos analizaron la química sanguínea y los cambios cardiovasculares de los participantes, quienes tuvieron que sentarse junto a una cocina de gas doméstica durante 90 minutos y, posteriormente, permanecer otros 90 minutos en un ambiente niveles normales de nitrógeno. En otra ocasión, los voluntarios fueron expuestos a niveles normales de dióxido de nitrógeno durante tres horas.
El período al lado de una cocina de gas aumentó los niveles de dióxido de nitrógeno en el aire 10 veces y, posteriormente, redujo la presión arterial en 5 mm Hg a partir de los 45 minutos. El estudio también encontró que los niveles en sangre de la sustancia nitrito aumentaron en un 15 por ciento después de 15 minutos.
Estudios anteriores han demostrado que el nitrito, que se puede convertir de nitrato en la dieta después del consumo de verduras de hoja verde y remolacha, puede reducir la presión arterial. Este estudio sugiere que el nitrito también se puede hacer cuando el cuerpo procesa dióxido de nitrógeno, lo que establece un vínculo entre la investigación previa centrada en el nitrato en la dieta y los estudios de inhalación de dióxido de nitrógeno por primera vez.
Si bien la evidencia que relaciona el dióxido de nitrógeno con un empeoramiento de los síntomas en la enfermedad respiratoria está bien establecida, su impacto a corto plazo en el corazón y la circulación es menos claro. En concreto, las personas con aparatos de gas domésticos o personas que trabajan en cocinas con gas pueden estar expuestas a niveles más altos de dióxido de nitrógeno, pero con menos partículas que las que se encuentran en la calle.
"La presión arterial alta es el mayor contribuyente a las muertes en todo el mundo. Por lo tanto, si la exposición al dióxido de nitrógeno de las cocinas de gas contribuye a reducir la presión arterial, esto podría ser beneficioso por sí, y en el contexto de la contaminación general del aire puede compensar parcialmente los efectos cardiovasculares adversos de la contaminación", han zanjado los expertos.