MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Un intestino no saludable desencadena cambios en el tejido mamario normal que ayuda a que el cáncer de mama se propague a otras partes del cuerpo, según revela una nueva investigación del UVA Cancer Center, en Virginia (Estados Unidos).
El microbioma intestinal, la colección de microbios que viven naturalmente dentro del cuerpo, puede verse afectado por una dieta deficiente, el uso prolongado de antibióticos, la obesidad u otros factores. Cuando esto sucede, el microbioma enfermo reprograma importantes células inmunitarias en el tejido mamario sano, llamadas mastocitos, para facilitar la propagación del cáncer, según muestra el este nuevo descubrimiento.
El hallazgo podría ayudar a los científicos a desarrollar formas de evitar que el cáncer de mama haga metástasis. Cuando lo hace, a menudo es mortal: solo el 29 por ciento de las mujeres con cáncer de mama metastásico sobrevive cinco años; para los hombres con cáncer de mama metastásico, esa cifra es solo del 22 por ciento.
El descubrimiento también podría permitir a los médicos predecir qué pacientes tienen mayor riesgo de recurrencia del cáncer después del tratamiento. "Mostramos disbiosis intestinal comensal, un microbioma intestinal inflamatorio y poco saludable, que cambia sistémicamente los tejidos mamarios de ratones que no tienen cáncer. Los cambios en los tejidos mejoran la infiltración de mastocitos que, en presencia de un tumor, facilitan la metástasis del tumor de mama", señala la investigadora Melanie R. Rutkowski, del Centro de Cáncer UVA y la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia.
"Los mastocitos reclutados en el entorno del tejido durante la disbiosis reestructuran la arquitectura del tejido de tal manera que las células tumorales metastatizan a otros órganos", añade.
EL MICROBIOMA Y EL CÁNCER DE MAMA
Rutkowski ha sido pionera en revelar la sorprendente relación entre la salud intestinal y el cáncer de mama. Su último trabajo revela interacciones complejas entre nuestros microbios intestinales y los mastocitos en el seno. Los mastocitos son células sanguíneas que ayudan a regular la respuesta inmunitaria del cuerpo a las enfermedades y los alérgenos. El nuevo trabajo de Rutkowski sugiere que el microbioma intestinal puede influir sistémicamente en el comportamiento y la función de los mastocitos en presencia de tumores.
Rutkowski y su equipo encontraron que un microbioma no saludable causaba que los mastocitos se acumularan en el seno. Estos cambios continuaron después de la formación del tumor en un modelo de ratón de cáncer de mama con receptores hormonales positivos, lo que convirtió al tejido mamario en un punto de partida privilegiado para las incursiones del cáncer en otras partes del cuerpo.
Además, los científicos descubrieron que los mastocitos aumentaban la cantidad de colágeno en el tejido mamario de los ratones y estimulaban la propagación más temprana del cáncer. El bloqueo del proceso que condujo a la acumulación de mastocitos evitó ambos, reduciendo significativamente la propagación del tumor a los pulmones.
Con base en sus resultados de laboratorio, los investigadores examinaron muestras de tejido tomadas de pacientes humanos con cáncer de mama con receptores hormonales positivos. Descubrieron que estos pacientes, al igual que los ratones, tenían un mayor número de mastocitos y mayores depósitos de colágeno. La cantidad de mastocitos se correlacionó con la cantidad de colágeno y, en particular, con el riesgo de recurrencia del cáncer de mama de los pacientes.
"Los mastocitos han tenido un papel controvertido en el cáncer de mama, con algunos estudios que identifican una correlación positiva con el resultado, mientras que otros han identificado asociaciones negativas", señala Rutkowski, del Departamento de Microbiología, Inmunología y Biología del Cáncer de la UVA.
"Nuestra investigación sugiere que para definir mejor la relación entre los mastocitos y el riesgo de metástasis del tumor de mama, debemos considerar los atributos funcionales de los mastocitos, la densidad de colágeno tisular y la ubicación de los mastocitos con respecto al tumor", explica.
En última instancia, afirma, los médicos pueden enfocarse en la relación entre el intestino y los mastocitos en pacientes con cáncer de mama para ayudar a prevenir que el cáncer recurra y se propague. También pueden usar el descubrimiento para identificar pacientes en riesgo de recurrencia, lo que les permite adaptar la estrategia de tratamiento para la prevención de la enfermedad metastásica.
"La medicina personalizada en oncología es un enfoque prometedor para facilitar mejores resultados para los pacientes. Nuestra investigación sobre el eje intestino-mastocitos ha identificado posibles puntos de intervención que podrían ser objeto de un enfoque personalizado de la terapia. El objetivo final sería mejorar la supervivencia de las pacientes diagnosticadas con cáncer de mama", expone el investigador Tzu-Yu Feng, primer autor de un nuevo artículo científico que describe los hallazgos.