Europa Press
15 ene 2019. 18.18H
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MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

Un medicamento originalmente utilizado para controlar la presión arterial puede evitar que los tejidos cercanos se conviertan en terreno fértil para las células cancerosas, según ha concluido una nueva investigación de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos).

Para que el cáncer se propague, se necesita un ambiente propicio en las células cercanas. Este suelo fértil puede proporcionar un hogar a las células malignas circulantes. Investigaciones recientes han demostrado que las células cancerosas del tumor primario pueden ayudar a preparar este suelo mediante el envío de pequeñas vesículas. Estas vesículas contienen un cóctel de moléculas que 'educan' a las células sanas para preparar los tejidos objetivo para que las células cancerosas puedan sembrar y prosperar.

El bloqueo de este proceso ofrece una estrategia para detener la metástasis, que a menudo es responsable de la letalidad del cáncer. Según este nuevo estudio, este medicamento que originalmente se utilizaba para controlar la presión arterial puede dificultar la metástasis en un modelo animal cuando se usa tras cirugía.

Desarrollado originalmente y aprobado hace casi 65 años para controlar la presión arterial, el medicamento también evita que las vesículas extracelulares derivadas de tumores (TEV, por sus siglas en inglés) se fusionen con las células sanas y compartan su carga de moléculas promotoras de enfermedades, de acuerdo con los hallazgos de este equipo de investigación.

"No importa lo que hagamos para eliminar las células cancerosas. La cirugía, la radioterapia o la quimioterapia causan estrés, y los datos muestran que el estrés puede estimular la producción de estas vesículas. Así que nuestro pensamiento es, como adyuvante de ese tratamiento primario, sería prudente limitar el efecto de estas vesículas en tejidos sanos, evitando así la propagación de células malignas", explica uno de los autores de esta nueva investigación, Serge Fuchs.

Los hallazgos del estudio, publicados en la revista 'Cancer Cell', muestran que administrar dosis moderadas de resperina a ratones con melanoma antes y después de la cirugía interrumpió la absorción de TEV por parte de células sanas, redujo la propagación del cáncer y prolongó significativamente la supervivencia en los animales.

Si bien las investigaciones anteriores demostraron que los TEV estimulan la enfermedad metastásica y, en algunas circunstancias, pueden transformar las células normales en malignas, está claro que no todas las células sanas que entran en contacto con estas vesículas se vuelven cancerosas. Por lo tanto, los científicos han planteado la hipótesis de que las células sanas pueden poseer una estrategia para defenderse contra esta transformación. Dicho mecanismo de defensa podría ser un objetivo para las terapias antimetastásicas.

PROTEÍNA 'IFNAR1'

Fuchs y sus colegas observaron qué proteínas de la superficie de las células humanas cambiaron en número tras la exposición a las TEV de las células de melanoma. Uno de los que sufrió un cambio más significativo fue el 'IFNAR1', una de las proteínas que componen el receptor de interferón tipo I, un receptor que Fuchs ha estudiado previamente. El interferón se usa como terapia contra el cáncer, incluso contra el melanoma maligno, y se sabe que desempeña un papel en la prevención de la propagación del cáncer.

En experimentos de laboratorio con células humanas, el tratamiento con vesículas de pacientes con melanoma, pero no de personas sanas, disminuyó los niveles de 'IFNAR1'. Al observar los datos clínicos, los investigadores encontraron que los pacientes con melanoma humano con enfermedad metastásica tenían más probabilidades de tener niveles más bajos de 'IFNAR1'.

Para comprender cómo influyeron los TEV en la reprogramación de células sanas para contribuir a un suelo metastásico, utilizaron un modelo de ratón que posee una forma de 'IFNAR1' resistente a la degradación. Encontraron que estos ratones resistieron la captación de TEV y no desarrollaron metástasis pulmonares a partir de tumores de melanoma. A partir de una serie de pistas experimentales fortuitas, el equipo descubrió que las células sanas de estos ratones tenían menos probabilidades de captar los VET porque la membrana lipídica de la vesícula no se fusionaba de manera eficiente con la membrana lipídica de la célula.

"En ese momento, empezamos a pensar que esta continua deglución de vesículas por células sanas es importante para la 'educación' de las células normales. Eso nos sugirió que cualquier evento que interrumpiría esta captación continua de las vesículas por las células normales podría interrumpir su reprogramación y podría ser antimetastático", cuenta Fuchs.

Al probar la resperina en ratones con un tumor de melanoma, los investigadores administraron el medicamento antes y después de la cirugía para extirpar el tumor primario. Mientras que la resperina administrada sola parece tener poco efecto sobre el crecimiento del tumor y la supervivencia, los ratones que recibieron el tratamiento de resperina antes y después de la cirugía parecieron interrumpir la reprogramación de las células sanas. La supervivencia general de estos animales mejoró significativamente, y el tratamiento "virtualmente eliminó" la evidencia de metástasis pulmonares, informan los investigadores.

"Estamos ansiosos por poner esto en manos de oncólogos médicos y veterinarios", dice Fuchs. Para dar seguimiento a los hallazgos prometedores, Fuchs y sus colegas esperan explorar más a fondo el efecto de la resperina no solo en la metástasis, sino también en la formación y composición de las vesículas.

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