Europa Press
23 may 2019. 10.39H
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MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

La depresión y otros problemas de salud mental se propagan a través de las redes sociales, según una investigación llevada a cabo por la Universidad de Flinders Sur (Australia).

El estudio, publicado en 'The Lancet', ha desvelado que en un mundo hiperconectado, las redes sociales tradicionales (contactos personales de la vida cotidiana) se están desmoronando, por lo que las personas están perdiendo apoyos sociales. Esto se asocia con el aumento de 'muertes por desesperación' relacionadas con el alcohol, la sobredosis y el suicidio.

Los expertos participantes en la investigación han asegurado que la depresión y otros problemas de salud mental se propagan a través de las redes sociales hasta 'tres grados de separación', o lo que es lo mismo, un amigo de un amigo de un amigo.

Ahora más que nunca tenemos formas de conectarnos con otras personas en línea, por lo que los investigadores se plantearon si las personas están conectadas de manera significativa o dañina a través de estas redes sociales en línea y fuera de línea.

Según el estudio la tasa de suicidios en Australia es relativamente estable, sin embargo, la tasa total de suicidios en EEUU ha aumentado un 31 por ciento en las últimas dos décadas. Asimismo, en EEUU la tasa de suicidios entre hombres son casi cuatro veces más altas que entre las mujeres.

"Se podría decir que el aumento en la tasa de suicidios de EEUU está relacionado con el 'contagio' del bajo estado de ánimo y la depresión", ha explicado el profesor Tarun Bastiampillai de la Universidad de Flinders Sur. Además, "la desesperación y la angustia pueden propagarse a través de las redes sociales".

Por este motivo, en lugar de recurrir a la medicación o al tratamiento psicológico individual, el profesor recomienda que los médicos busquen también en las redes sociales inmediatas y un contexto social más amplio, incluidas las influencias de amigos y familiares y el bienestar en el trabajo. Es decir, los médicos deben considerar la 'prescripción social', donde se ayuda a los participantes con depresión a participar en actividades positivas dentro de sus redes.

El bajo nivel socioeconómico, la disminución de las perspectivas de empleo, los bajos ingresos, el abuso de drogas y alcohol, la ruptura familiar, el divorcio y el aislamiento rural están vinculados a las cifras oficiales de suicidio.

Para reducirlas, los investigadores recomiendan que las intervenciones terapéuticas incluyan el análisis de 'grupos de depresión' y el desarrollo de redes sociales más positivas y saludables, desde familiares, amigos, colegas y vecinos hasta unirse a un club deportivo u otro tipo de grupo para expandir la red social.

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