Europa Press
13 feb 2019. 17.15H
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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

El Centro de Investigación RIKEN de Japón ha demostrado en un estudio a través de resonancias magnéticas que el 'reloj' del cerebro funciona de manera diferentes en personas que sufren el trastorno del espectro autista (TEA).

Las áreas sensoriales del cerebro que reciben información de los ojos, la piel y los músculos generalmente tienen períodos de procesamiento más cortos en comparación con las áreas de orden superior que integran la información y controlan la memoria y la toma de decisiones. El nuevo estudio, publicado en la revista 'eLife', muestra que esta jerarquía de escalas temporales neuronales intrínsecas está alterada en el autismo.

Se cree que el procesamiento de información atípica en el cerebro es responsable de los comportamientos repetitivos y las dificultades sociocomunicativas observadas en autistas, pero esta es una de las primeras indicaciones de que la dinámica temporal a pequeña escala podría tener un efecto de gran tamaño.

En este estudio, los investigadores compararon las imágenes de resonancia magnética de los cerebros de adultos varones con las de personas sin autismo. En reposo, ambos grupos mostraron el patrón esperado de escalas de tiempo más largas en áreas del cerebro frontal relacionadas con el control ejecutivo, y escalas de tiempo más cortas en áreas sensoriales y motoras.

"Las escalas de tiempo más cortas significan una mayor sensibilidad en una región del cerebro en particular, y encontramos las respuestas neuronales más sensibles en aquellos individuos con los síntomas autistas más severos", explica el autor principal de la investigación, Takamitsu Watanabe.

Un área del cerebro que mostraba el patrón opuesto era el núcleo caudado, donde la escala de tiempo neural era más larga de lo normal, particularmente en individuos con conductas más repetitivas más severas. Estas diferencias en la actividad cerebral también se encontraron en exploraciones separadas de niños autistas y neurotípicos.

El equipo de investigadores japoneses piensa que los cambios estructurales en pequeñas partes del cerebro vinculan estas dinámicas con los síntomas de TEA. "Las escalas de tiempo más cortas que observamos en los individuos autistas sugieren que sus cerebros tienen problemas para mantener y procesar información sensorial sobre el tiempo. Esto puede explicar una característica prominente del autismo, el gran peso que le da el cerebro a la información sensorial local y la hipersensibilidad perceptiva", concluye el investigador.

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