Europa Press
14 abr 2023. 15.33H
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MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

Un estudio internacional dirigido por la Oregon Health & Science University (Estados Unidos) ha demostrado que las mujeres vacunadas contra la COVID-19 tienen un riesgo ligeramente mayor de que su menstruación sea más abundante después de la vacunación.

El estudio, publicado en la revista científica 'British Journal of Obstetrics and Gynaecology', se basan en trabajos anteriores del mismo equipo de investigación que identificó por primera vez una asociación entre las vacunas y los cambios del ciclo menstrual.

Aunque cada vez hay más pruebas que demuestran que la vacunación contra la COVID-19 se asocia a un pequeño aumento de la duración del ciclo, otras alteraciones, como la cantidad de sangrado, son menos conocidas. El objetivo de este estudio era estimar el efecto de la vacunación sobre la cantidad de sangrado menstrual en personas con ciclos menstruales normales.

"La menstruación es una función corporal rutinaria y un indicador clave de la salud en general, por lo que es crucial que entendamos el alcance de este problema entre la población mundial. Cuanto más podamos entender acerca de estos cambios notificados, más eficazmente podremos asesorar a las personas sobre qué esperar con la vacuna COVID-19 y cómo tomar una decisión informada acerca de vacunarse", ha resaltado Alison Edelman, una de las líderes del trabajo.

Los investigadores analizaron los datos del ciclo menstrual de la aplicación de seguimiento de la fertilidad Natural Cycles. La cohorte incluía un total de 9.555 individuos (7.401 vacunados y 2.154 no vacunados) que vivían principalmente en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Europa.

Los participantes declararon la cantidad de sangrado diario como "manchado", "ligero", "medio" o "abundante". A continuación, los investigadores examinaron el número de días de sangrado abundante y la cantidad total de sangrado.

Los análisis mostraron un pequeño aumento del 4 por ciento en el porcentaje de participantes que experimentaron una mayor cantidad total de sangrado tras la primera dosis de la vacuna en comparación con un grupo de comparación no vacunado.

Esta diferencia se traduce en una estimación de 40 personas adicionales por cada 1.000 individuos normalmente ciclistas que experimentaron una mayor cantidad de sangrado. Los investigadores también descubrieron que estos cambios solían desaparecer en el primer ciclo menstrual posterior a la vacunación.

El equipo de investigación subraya que estos resultados no deben ser motivo de preocupación, sino que deben proporcionar la seguridad de que, si se producen cambios en el flujo con la vacunación, es probable que sean pequeños y temporales.

"Experimentar un cambio inesperado en el ciclo menstrual puede ser alarmante. Esperamos que esta investigación pueda asegurar a las personas que son escuchadas y que sus experiencias en torno a la menstruación son válidas. Como se descubrió en investigaciones anteriores, estos cambios a nivel poblacional son pequeños, suelen resolverse en el ciclo posterior a la vacunación y, por lo general, no deberían ser motivo de ansiedad o temor", han resaltado los investigadores.

De cara al futuro, los investigadores esperan conocer mejor el mecanismo biológico de estos cambios y seguirán aprovechando los datos de las aplicaciones de seguimiento del ciclo para investigar otras variaciones de la menstruación tras la vacunación, como la ausencia de ciclos, las hemorragias vaginales inesperadas y el dolor.

También estudiarán el efecto de la COVID-19 en el ciclo menstrual, sospechando que la propia infección crea cambios similares a los experimentados tras la vacunación.

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