MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Sistema de Salud Henry Ford en Detroit (Estados Unidos) concluyen que el diagnóstico temprano de un coágulo de sangre grave en los pulmones produce una intervención de tratamiento más rápida en los pacientes de COVID-19.
En un nuevo estudio publicado recientemente en la revista 'Radiology', los investigadores descubrieron que el 51 por ciento de los pacientes con embolismo pulmonar (EP) fueron diagnosticados en el Urgencias, el punto de entrada para los pacientes que son admitidos en el hospital.
En Europa, las investigaciones han demostrado que la mayoría de los casos de EP se diagnosticaron en pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) después de haber estado en un respirador durante varios días.
En este nuevo trabajo, los investigadores dicen que el 72 por ciento de los diagnósticos de EP se dieron en pacientes que no requerían "cuidados a nivel de la UCI", lo que sugiere que el diagnóstico oportuno y el uso de anticoagulantes podrían haber desempeñado un papel en el proceso de tratamiento.
"Basándonos en nuestro estudio, la detección temprana de EP podría mejorar y optimizar aún más el tratamiento de los pacientes que se presentan por primera vez en Urgencias. Aconsejamos a los clínicos que piensen en la EP como una complicación adicional en las primeras etapas de la admisión de los pacientes cuyos síntomas y resultados de laboratorio apuntan a esa condición", explica uno de los líderes de este trabajo, Pallavi Bhargava.
Además, evidenciaron que el 22 por ciento de los pacientes tenían una embolia pulmonar. Los pacientes con un IMC (índice de masa corporal) de 30 o más tienen casi tres veces más riesgo de desarrollar una embolia pulmonar. El IMC ideal para los adultos es de 18,5 a 24,9. Los pacientes en terapia con estatinas antes de la admisión tenían menos probabilidades de desarrollar una embolia pulmonar.
El aumento de los marcadores de laboratorio de dímeros D y proteínas C reactivas, junto con un aumento de la necesidad de oxígeno, puede ser un predictor de una embolia pulmonar, incluso cuando los pacientes reciben anticoagulantes preventivos.
"Nuestros hallazgos sugieren que los pacientes que dan positivo en la prueba de COVID-19 deben comenzar a tomar anticoagulantes preventivos desde el principio de su tratamiento y que la necesidad de una angiografía por TAC se evalúe caso por caso para buscar coágulos sanguíneos". Nuestros médicos de urgencias desempeñaron un papel clave en la evaluación meticulosa de estos pacientes, evaluando el valor de su marcador de dímeros d y ordenando las exploraciones por TAC adecuadas para identificar estos coágulos sanguíneos tan pronto en el diagnóstico", concluye Bhargava.