BARCELONA, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de
IrsiCaixa y el
Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona ha demostrado por primera vez que los retrotransposones, fragmentos de ADN que tienen la capacidad de moverse por el genoma y alterar la expresión de genes, se expresan de manera anómala en el síndrome de Down.
El equipo, en un estudio publicado en '
Frontiers in Aging Neuroscience', ha identificado en un modelo preclínico del síndrome de Down que algunos genes relacionados con el
deterioro neurológico están sobreexpresados, contribuyendo a la patología asociada a este síndrome, ha informado este jueves el IrsiCaixa –centro impulsado por la
Fundación La Caixa y la
Conselleria de Salud--.
"Sabemos que, al moverse, estos fragmentos de ADN pueden alterar la expresión de los genes", ha asegurado la investigadora sénior de IrsiCaixa
Alessandra Borgognone.
Los resultados muestran que la administración de 'lamivudina', un
antirretroviral contra el VIH, normaliza la expresión de alguno de estos genes, en unos hallazgos que concuerdan con estudios previos donde se observó una mejora en la memoria de reconocimiento, la actividad locomotora y la ansiedad de modelos preclínicos tras el tratamiento con este antirretroviral.
La manera de actuar de los retrotransposones es similar a la de los virus, pero sin tener capacidad infectiva, y estos
fragmentos de ADN pueden copiarse e insertarse en nuevas regiones del genoma, alterando la expresión de los genes.
¿Qués es la 'lamivudina'?
La 'lamivudina' es un antirretroviral que, además de evitar la
replicación del VIH, inhibe este proceso de 'copia y pega', es decir el movimiento de los retrotransposones.
"Hemos querido estudiar si realmente había un incremento en la actividad de los retrotransposones en el
síndrome de Down, y ver qué pasaba si impedíamos su actividad", ha asegurado el investigador sénior de IrsiCaixa
Aleix Elizalde-Torrent.
El equipo investigador analizó la expresión génica en
tejidos cerebrales de modelos preclínicos de síndrome de Down y encontró que muchos de estos fragmentos de ADN móviles están sobreexpresados en comparación con ratones normales.
Asimismo, se identificó una desregulación de numerosos genes cruciales para la función neuronal, especialmente en los
cromosomas 16 y 17 del ratón, equivalente al cromosoma 21 humano, alterado en el síndrome de Down.
"Hasta ahora, no se había demostrado que estos retrotransposones estaban alterados en el síndrome de Down, abriendo nuevas posibilidades de tratamiento con lamivudina", ha señalado la Mara Dierssen, investigadora del CRG
Mara Dierssen.
Los resultados, de hecho, van en línea con lo que comenta Dierssen, ya que los ratones que recibieron lamivudina recuperaron la correcta expresión de algunos de los
genes alterados en el modelo murino de síndrome de Down.
"Esto sugiere que la 'lamivudina' no solo tiene potencial en el tratamiento del síndrome de Down, sino que también podría frenar la
progresión del Alzheimer y prevenir el envejecimiento", ha afirmado el director del IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, aunque se necesitan más estudios para comprender plenamente cómo los retrotransposones afectan a la expresión génica en el síndrome de Down.
El equipo multicéntrico constituido por la
Fundación Pasqual Maragall, el CRG, la Unidad de Alzheimer del Servicio de Neurología del
Hospital Germans Trias de Badalona (Barcelona) e IrsiCaixa seguirán esta línea de trabajo y llevarán a cabo un estudio en humanos que sufren estadios muy iniciales de Alzheimer.
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