Europa Press
16 nov 2020. 17.25H
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MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Un equipo de científicos españoles, que ha evaluado las probabilidades de transmisión desde un hospedador animal a otro humano a través de un vector, ha observado que se han descrito en todo el mundo alrededor de 40 casos de infección por otras especies de gusanos nematodos Onchocerca que típicamente afectan a animales.

Este género de nematodos se extiende prácticamente a lo largo y ancho del mundo. No obstante, su presencia es más acuciante cerca de ríos rápidos y arroyos, describen el equipo de investigadores del Instituto de Ganadería de Montaña (IGM), centro mixto del CSIC y la Universidad de León y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Este descubrimiento se realiza, según señala la Agencia Sinc, al margen de la especie 'Onchocerca volvulus', causante de la oncocercosis humana o ceguera de los ríos y conocida desde hace tiempo. "Los principales hospedadores de Onchocerca son los ungulados -el grupo de animales cuyas patas terminan en pezuña-, aunque algunas especies también se encuentran en cánidos como lobos o perros, en felinos como gatos y en humanos, como es el caso de la especie O. volvulus", explica la investigadora del IGM Maria Cambra Pellejà, primera autora del estudio.

El estudio, publicado en la revista 'Pathogens', plantea que este género de nematodos se extiende prácticamente a lo largo y ancho del mundo. No obstante, señala SINC, "su presencia es más acuciante cerca de ríos rápidos y arroyos ya que sus vectores, los animales que los propagan, como son las moscas negras, se crían en estas zonas".

"En animales, los parásitos se encuentran fundamentalmente formando nódulos subcutáneos en la piel, que se originan por la presencia del parásito y por la reacción inmune que activa el cuerpo. Las larvas se suelen localizar libres en la piel e incluso llegar a los tejidos oculares", recuerda Cambra Pellejà, quien detalla que es más frecuente encontrar estas infecciones en animales adultos.

El equipo de investigadores ha realizado una revisión sobre las infecciones causadas por las especies de 'Onchocerca' en animales y ha situado en conjunto cada especie con los distintos hospedadores, para evaluar qué posibilidades hay de que cada una de ellas pueda transmitirse de un hospedador animal a uno humano a través de un vector.

Asimismo, han analizado la capacidad de que las especies de 'Onchocerca' que a priori no afectan humanos produzcan síntomas clínicos y han reflexionado sobre si estas infecciones pueden ser consideradas como enfermedades zoonóticas emergentes o si, por el contrario, solo se han producido casos esporádicos. Y estos son sus resultados.

"Vimos que se habían descrito 40 casos en todo el mundo de infecciones en humanos por algunas especies de Onchocerca que se encuentran típicamente en animales, todos ellos recogidos en la región norte del globo", apunta la científica.

Por otro lado, destacan que las especies de 'Onchocerca' que podrían ser fértiles en humanos se encuentran comúnmente en ciervos, perros o jabalíes, animales muy cercanos a los humanos. "La mayoría involucra parásitos adultos inmaduros de los que no hay evidencia que sean fértiles, aunque recientemente sí se han registrado casos de algunos parásitos adultos que sí lo son, o bien porque se ha observado que sí es posible que se reproduzcan en humanos, o bien porque se han encontrado nematodos en adultos con espermatozoides en su interior en el caso de los machos o con el útero lleno de larvas en el caso de las hembras, lo que indicaría que su ciclo biológico sí se ha podido completar dentro de los humanos", recalca.

Esta situación marcaría "un precedente" respecto a la posibilidad de que estas especies propias de animales "se pudieran establecer en humanos", asegura, al tiempo que recuerda que "hay diferentes factores que podrían favorecer el salto a los humanos.

"Que la prevalencia de Onchocerca en los animales sea elevada; que el efecto del ser humano sobre los ecosistemas afectara a estos animales, como está ocurriendo con el cambio climático, la deforestación o la urbanización, lo que hace que su hábitat se expanda y se favorezca el contacto entre ellos y humanos más frecuentemente; o que la distribución de los vectores afectados por estas mismas alteraciones se amplíe", subraya, poniéndolos en contacto "con nuevos hospedadores".

Por tanto, teniendo en cuenta que la incidencia de las enfermedades potencialmente zoonóticas aumenta cuando humanos y animales viven en contacto, es decir, cuando ocupan una misma región geográfica, "las estrategias que se deben adoptar para intentar disminuir la frecuencia de estos casos se deben centrar en reducir la frecuencia de los contactos".

Lo que se puede conseguir con diversas medidas como "la identificación de larvas de Onchocerca que sean infectivas dentro de las moscas para evaluar la tasa de infección en una zona; la evaluación de otros posibles vectores que pueden transmitir el parásito; o conocer la prevalencia de las distintas especies de Onchocerca tanto en los hospedadores silvestres como en los animales domésticos (perros, ganado, etc.), sobre todo cuando comparten hábitat con humanos", señalan.

Además, destacan las medidas de planificación, por ejemplo, definiendo las áreas que compartimos humanos y hospedadores animales y cómo las estamos alterando como consecuencia del cambio climático o la deforestación; así como la adopción de estrategias de salud pública.

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