Europa Press
05 abr 2024. 10.55H
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MADRID, 5 (EUROPA PRESS)

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de un 20 por ciento de los jugadores de deportes de contacto padecen, al menos, un episodio de daño cerebral traumático, o traumatismo craneoencefálico (TCE), al año, siendo el fútbol, el fútbol americano, el rugby, el hockey y el boxeo los deportes donde se encuentra una mayor incidencia.

Con motivo del Día Internacional del Deporte, conmemorado cada 6 de abril, la SEN recuerda que, aunque algo más del 60 por ciento de los casos de TCE que se producen al año son debidos a accidentes de tráfico y a accidentes laborales, entre el 10 y el 20 por ciento corresponden a lesiones deportivas.

Un traumatismo craneoencefálico "es causado por un golpe, una sacudida o un impacto en la cabeza, que interrumpe el funcionamiento normal del cerebro. Y aunque no todos los golpes en la cabeza causan traumatismos, cuando ocurre, y dependiendo de su gravedad, pueden producir desde un breve cambio en el estado mental o la conciencia, hasta períodos más largos de inconsciencia o serios problemas cerebrales", explica el presidente de la SEN, el doctor Jesús Porta-Etessam.

Además de las consecuencias inmediatas que puede conllevar, "cada vez se encuentra una mayor evidencia sobre sus efectos en la salud cerebral a largo plazo", comenta el doctor Jesús Porta-Etessam.

ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Según precisa el experto, "en los últimos años, se han publicado diversos estudios centrados en analizar la evolución de la salud cerebral de jugadores profesionales de deportes de contacto que en el pasado sufrieron conmociones cerebrales, encontrando numerosa evidencia científica de la relación entre los TCE y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas en la madurez".

En este sentido, desde la SEN apuntan a que cerca del 90 por ciento de los casos de encefalopatía crónica postraumática, una enfermedad neurodegenerativa que se produce, principalmente, por haber padecido lesiones cerebrales traumáticas repetitivas en el pasado, se producen en jugadores profesionales de deportes de contacto.

Además, la organización detalla que son diversos los estudios que señalan que el daño cerebral ocasionado por los golpes repetidos en la cabeza conlleva para los deportistas un riesgo superior de desarrollar otras enfermedades como el Alzheimer o Parkinson.

"Y eso no solo se ha visto en las disciplinas deportivas más agresivas, como las que antes se han mencionado, sino también en otro tipo de deportes de contacto como puede ser el fútbol. Lo que ha llevado a que la International Football Association Board ya haya recomendado la prohibición de realizar cabezazos en el futbol infantil, por riesgo de lesiones cerebrales", señala el doctor Jesús Porta-Etessam.

Así, un estudio realizado entre futbolistas suecos recientemente señalaba que, salvo los porteros, los futbolistas tenían 1,5 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa en comparación con la población general.

Otro estudio realizado en Escocia aumentaba esta cifra, señalando que los futbolistas profesionales tienen 3,5 veces más riesgo de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa que el resto de la población y cinco veces más probabilidades de desarrollar Alzheimer.

"Aunque los beneficios de practicar deporte, tanto para la salud general como para la cerebral, siempre serán superiores a los posibles riesgos, es importante concienciar sobre la necesidad de prevenir los traumatismos de cabeza y aún más en la infancia y la adolescencia, donde el cerebro está en desarrollo", añade el experto.

"Esto es importante no solo a la hora de hacer deporte, sino en general, a la hora de realizar cualquier tipo de actividad, donde la utilización sistemática del casco, del cinturón de seguridad u otros sistemas de seguridad pueden ser vitales para nuestra salud cerebral", concluye.

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