Europa Press
21 mar 2019. 18.54H
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MADRID, 21 (EUROPA PRESS)

Un mundo libre de tuberculosis (TB) es posible para el año 2045 si se incrementa la voluntad política y se destinan recursos financieros a áreas prioritarias, incluyendo tratamientos para todos los afectados, especialmente para los grupos de alto riesgo, y el aumento de la investigación para desarrollar nuevas formas de diagnosticar, tratar y prevenir la enfermedad, según detalla la Comisión de The Lancet sobre la Tuberculosis en un nuevo informe.

El informe, que se ha publicado en la revista 'The Lancet Global Health' antes del Día Mundial de esta enfermedad (24 de marzo), reclama a los Gobiernos y a los grupos de financiación altruistas que cuadrupliquen la inversión mundial en investigación (639 millones de euros en 2016) para desarrollar tratamientos y herramientas de prevención que transformen los resultados de la tuberculosis. Así, reivindican que se podría reducir un 90 por ciento las muertes por esta enfermedad.

En su documento, 37 comisionados de 13 países estiman que la reducción de la mortalidad por tuberculosis tiene importantes beneficios económicos: se calcula que el ahorro que supone evitar la muerte por tuberculosis triplica los costes, y puede ser mucho mayor en muchos países. Sin embargo, reconocen que la financiación de esta respuesta requerirá "inversiones sustanciales", y se necesitarán mecanismos de rendición de cuentas para garantizar que se cumplan las promesas y se alcancen los objetivos.

La tuberculosis sigue siendo la principal causa de muerte infecciosa, responsable de 1,6 millones de muertes en todo el mundo en 2017, con formas de tuberculosis resistentes a los medicamentos que amenazan los esfuerzos por controlarla en muchas partes del mundo. Además, en 2017, alrededor de una cuarta parte de la población mundial vivía con la infección de tuberculosis.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró por primera vez la tuberculosis como una crisis de salud pública en 1993, y en 2018 la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas (UNHLM, por sus siglas en inglés) sobre la tuberculosis hizo de la erradicación de la enfermedad una prioridad mundial. Esto incluía metas ambiciosas para tratar a 40 millones de personas y prevenir 30 millones de nuevos casos entre 2018 y 2022.

Por ello, el informe detalla que la primera prioridad para la mayoría de los países con una carga elevada es garantizar que todas las personas con tuberculosis activa dispongan de pruebas diagnósticas y tratamientos de alta calidad. "Muchas personas con tuberculosis, especialmente las más pobres, no pueden acceder a los servicios o no pueden pagarlos, y los sistemas de salud a menudo tardan en identificar e investigar los casos, lo que significa que los pacientes no completan el tratamiento o no se recuperan", argumentan.

Actualmente, más de un tercio de los casos de tuberculosis (35%) no son diagnosticados ni tratados. Los autores abogan por el acceso universal a las pruebas de susceptibilidad a los medicamentos en el momento del diagnóstico para garantizar que todos los pacientes reciban el tratamiento adecuado, incluido el acceso a un tratamiento de segunda línea para la tuberculosis farmacorresistente.

EJEMPLOS DE CÓMO MEJORARÍA LA LUCHA CONTRA LA ENFERMEDAD

Por ejemplo, sus estimaciones avanzan que el aumento de estas intervenciones (pruebas de susceptibilidad a los medicamentos al 90 por ciento de las personas diagnosticadas y tratamiento de segunda línea al 85 por ciento de las personas con tuberculosis farmacorresistente) en Moldavia, donde hay altos niveles de tuberculosis farmacorresistente, podría llevar a una reducción del 73 por ciento en las muertes por tuberculosis y del 43 por ciento en los nuevos casos entre 2018 y 2045.

Por otra parte, reclaman mejorar la atención sanitaria en el sector privado en países con alta carga. Según sus hallazgos, subvencionar las pruebas diagnósticas y facilitar la adherencia al tratamiento en la India, el país con la mayor carga de tuberculosis y con una atención sanitaria predominantemente privada, más de una cuarta parte (28%) de las muertes por tuberculosis podrían evitarse en los próximos 30 años (8 millones de vidas adicionales). Esto costaría 255 millones de euros adicionales cada año, lo que es significativamente menor que las pérdidas de 28.000 millones cada año en la India asociadas con la mortalidad por tuberculosis.

Los expertos consideran que identificar a los grupos de alto riesgo de infección de tuberculosis (incluidas las personas con VIH, las personas que viven en la misma casa que una persona con tuberculosis, los migrantes, los presos, los profesionales sanitarios y los mineros) y derivarlos a la atención sanitaria será "vital", lo que incluye ofrecer prevención como el tratamiento de la tuberculosis latente.

"Esto es particularmente importante en personas con VIH, donde el riesgo de coinfección es alto y la tuberculosis es la principal causa de muerte", apuntan. Al poner la prevención de la tuberculosis a disposición del 90 por ciento de las personas con VIH en Kenya, los autores estiman que la mortalidad por tuberculosis podría reducirse en un 17 por ciento (3 millones de vidas salvadas) entre 2020 y 2045, con un coste anual de 58 millones de euros entre 2018 y 2045, que sería relativamente modesto en comparación con los costos económicos de las muertes evitables por no implementar esta medida: 2.380 millones de euros al año.

COSTE-BENEFICIO A NIVEL GLOBAL

Sin embargo, reconocen que incluso si los tratamientos actuales se extendieran al 90 por ciento de las personas con tuberculosis y el 90 por ciento se curara con éxito, los esfuerzos no habrían logrado evitar 800.000 muertes en 2017.

En esta línea, detallan que el coste a nivel global para reducir las muertes por tuberculosis en un 90 por ciento (de 1,7 millones al año a menos de 200.000) podrían ser del orden de 8.810 millones de euros al año, y las inversiones tendrían que aumentar en unos 4.410 millones de euros al año inicialmente. Sin embargo, esto iría seguido de una reducción de los costes (que disminuirían a entre 880 y 1.760 millones de euros al año a principios de la década de 2040) a medida que se redujera el número de nuevos casos.

Según sus estimaciones, invertir en la tuberculosis tiene un "fuerte retorno" de la inversión, estimado en 14-72 euros por cada euro gastado en investigación y desarrollo. Del mismo modo, defienden que el control de la tuberculosis podría producir beneficios económicos considerables para los países con una carga elevada, con ahorros de tres a siete veces superiores por cada muerte de tuberculosis evitada.

En suma, creen que deben asignarse más fondos públicos a la tuberculosis (a partir del aumento de los niveles del PIB, los impuestos sobre el tabaco y el alcohol, y el aumento de los seguros de salud), además de una mayor inversión en conocimientos técnicos e infraestructura locales.

BAN KI-MOON PIDE ACCESO SANITARIO UNIVERSAL

Una vez que las poblaciones de alto riesgo y las que ya reciben atención tengan acceso a servicios asequibles y de alta calidad, el informe pone el foco en introducir la cobertura sanitaria universal para ayudar a los países a detectar los casos de tuberculosis que aún persisten.

Al respecto, Ban Ki-Moon, ex secretario general de la ONU y vicepresidente de The Elders, señala la importancia de controlar la tuberculosis hacia la cobertura universal de salud. "La tuberculosis mata a más personas que cualquier otra enfermedad infecciosa, afecta desproporcionadamente a los pobres y vulnerables, y las cepas resistentes a los medicamentos amenazan a toda la humanidad. Todo esto significa que el caso de priorizar la eliminación de la tuberculosis dentro de las reformas de la cobertura sanitaria universal es indiscutible", comenta.

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