Europa Press
23 oct 2019. 14.18H
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Los pacientes con incontinencia fecal destinan hasta el 25% de sus ingresos en gastos sanitarios

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

Solo Murcia, Comunidad Valenciana, País Vasco y Baleares financian la irrigación transanal, un tratamiento que dota de más autonomía y garantiza la calidad de vida de las personas con incontinencia fecal, quienes denuncian un gasto anual de entre 2.000 y 2.500 euros por paciente.

Asociaciones de afectados han presentado este miércoles en Madrid una plataforma bautizada como grupo IFE (Pacientes con Incontinencia Fecal España) para reivindicar la implantación equitativa de este tratamiento en todas las comunidades autónomas, una petición a la que se ha sumado el Sindicato General de Enfermería.

El secretario general del Consejo General de Enfermería, Diego Ayuso, ha trasladado su apoyo a estos pacientes y ha asegurado que el Consejo les prestará toda su colaboración para garantizar la equidad de los ciudadanos de distintos territorios de España y el derecho a una atención sanitaria única e igual independientemente del sitio donde se viva.

"La terapia de irrigación transanal dota de gran autonomía a los pacientes, están contrastados los beneficios que aporta a sus usuarios, y este tipo de ciudadanos tienen derecho a vivir con dignidad y calidad", ha afirmado Diego Ayuso.

El sistema de irrigación transanal es el tratamiento principal para tratar la incontinencia fecal, uno de los derivados de la lesión medular. El presidente del grupo IFE y de la plataforma representativa de personas con discapacidad física (PREDIF), Francisco Sardón, ha reivindicado que el acceso a las terapias transanales con independencia del lugar de residencia es fundamental para garantizar la calidad de vida y permite vivir de una forma "segura, autónoma e independiente".

Actualmente la terapia de irrigación transanal solo está financiada por el sistema sanitario en Valencia, Murcia, Baleares y, País Vasco, a mitad de camino se encuentra Cataluña donde se ha iniciado un sistema de copago. En el resto de comunidades autónomas esta tecnología no está incluida en la cartera de servicios, lo que incide en un mayor gasto por parte de las personas con estas discapacidades.

Así, Sardón ha destacado la incomprensión y la frustración por parte de los pacientes por no poder acceder a este tipo de terapias, que considera imprescindibles para poder llevar una vida activa y saludable.

"Las personas que no tienen acceso a este tratamiento y se sirven de los tratamientos tradicionales tienen un coste mayor. En este caso, tenemos que destinar hasta el 25 por ciento de nuestros ingresos en gastos sanitarios que no cubre el sistema de salud, a los que tenemos que hacer frente con nuestra economía doméstica", ha explicado Sardón, que ha recalcado que el hecho de poder acceder a terapias implica que no solo el coste es menor en los pacientes sino en el sistema sanitario.

"La lesión de silla de ruedas tiene un impacto traumático en la vida, pero se puede llevar una vida lo más normalizada posible. Una de nuestras máximas es vivir de forma autónoma y participativa, para ello necesitamos poder salir de nuestra casa con un mínimo de seguridad. Por ello debemos hacer frente a este principio de desigualdad en el sistema de autonomías", ha destacado Sardón.

UNA TERAPIA QUE OFRECE CALIDAD DE VIDA

Algunos lesionados medulares como Ángel de Propios no pueden pagarse este sistema que acabaría con miedos e inseguridades que afectan sustancialmente a su vida social y laboral. "Perder el control de los esfínteres te lleva a una serie de problemas y al final lo que menos te importa es la silla de ruedas. En las reuniones de trabajo estoy muy nervioso. Los irrigadores nos pueden ayudar, pero no puedo permitírmelo", ha asegurado.

Por su parte, Maite Carreras Alberti, tesorera de ASIA (Asociación Incontinencia Anal), ha destacado la gran cantidad de bajas laborales causadas por esta dolencia y ha afirmado que es una injusticia que existan estas desigualdades por comunidades autónomas, dada su naturaleza invalidante.

"Lo pierdes todo, pierdes amigos, pierdes calidad de vida. No puedes coger un tren, no puedes salir de casa ni cenar con la familia porque no te encuentras a gusto. El irrigador nos soluciona esta tranquilidad y nos evita un mal día. Necesitamos hacer nuestra vida social de la forma más normalizada posible, pero no todo el mundo tiene acceso a ello", ha asegurado.

En referencia a la terapia, la enfermera del Hospital Clínico de Valencia y de la Asociación de Personas con lesión medular y otras discapacidades físicas de la Comunidad Valenciana (ASPAYM CV), Eva García Peña, ha asegurado que la irrigación es uno de los productos clave para manejar estas dolencias y tiene buenos resultados. Así, ha explicado que, cuando una persona tiene una lesión medular y no puede controlar los esfínteres, la irrigación ayuda a estos pacientes a que manejen su intestino.

"En Valencia somos unos privilegiados por lograr la financiación de este producto, pero hay pacientes en esta misma comunidad no lo tienen financiado", ha indicado. "Se trata de un problema que debe plantear la administración pública. No hay que mirar el coste económico, sino la salud física y psicológica de los pacientes para garantizarles su felicidad", ha añadido.

El cirujano pediátrico del Hospital La Paz de Madrid, Pedro López Pereira, ha explicado que la disfunción intestinal, que afecta en torno a un 4 por ciento de la población pediátrica, se puede manifestar en muchos cuadros clínicos, pero la consecuencia más grave y más difícil de tratar es, sin duda, la incontinencia.

"El paciente en estos casos pierde el control voluntario sobre la continencia y como consecuencia se produce el escape de heces y gases de forma involuntaria. Cuando no logramos corregir este problema con los medios convencionales, como los laxantes o los enemas, la única opción de mejorar su incontinencia fecal es mantener su colon izquierdo libre de heces y esto lo conseguimos con la irrigación transanal, como se ha demostrado en diferentes estudios a largo plazo tanto en niños como en adultos", ha desarrollado.

Por ello, ha subrayado que esta terapia debe ser una opción más dentro del sistema sanitario, incluida en las prestaciones de la Seguridad Social, y no en función de la comunidad autónoma.

En este sentido, Eva Merlos, madre de Pau, menor de 10 años con una patología congénita que deriva en incontinencia fecal, recuerda como su hijo tiene una vida exactamente igual que la de otro niño desde que la Consejería valenciana les ofreció este sistema.

"Empezó a ser consciente de que tenía una enfermedad que afectaba a sus relaciones sociales y que le producía vergüenza, llegando a afectar a su salud emocional con enfados y cambios de humor. Este producto ha facilitado un cambio sustancial en su vida, gracias a él hace atletismo e incluso ha podido irse dos noches seguidas de campamento", ha relatado.

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