Europa Press
14 ene 2021. 17.28H
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MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

Científicos de la Universidad de Okayama (Japón) han aislado células madre cardíacas y han evaluado su posible uso como terapia regenerativa en pacientes jóvenes con defectos cardíacos. Además, han confirmado la seguridad y la eficacia del tratamiento propuesto en las primeras fases de los ensayos e incluso han identificado el mecanismo mediante el cual las células madre mejoraban la función cardíaca. Sobre la base de estas conclusiones preliminares, esperan proceder a ensayos clínicos más amplios y avanzar hacia la aprobación farmacéutica en el futuro.

La miocardiopatía dilatada (DCM, por sus siglas en inglés) es una condición causada por el debilitamiento del músculo cardíaco, que afecta a los ventrículos (cámaras del corazón que empujan la sangre alrededor del cuerpo mientras se contrae). Si se permite que progrese sin control, la DCM puede provocar una insuficiencia cardíaca y la muerte, especialmente en los niños. La única cura, en la actualidad, es un trasplante de corazón, que conlleva sus propios desafíos: largos tiempos de espera para asegurar un corazón de donante adecuado, la posibilidad de rechazo del órgano, largas hospitalizaciones y tiempos de recuperación, entre otros.

En las últimas décadas, las células madre se han convertido en la piedra angular de la medicina regenerativa, lo que permite a los profesionales de la medicina tratar los órganos dañados e invertir el curso de varias enfermedades que antes se consideraban irrevocables. Los científicos han recurrido a las "células derivadas de la cardiosfera" (CDC), un tipo de células madre cardíacas que se sabe que tienen efectos beneficiosos en los adultos que padecen determinadas afecciones cardíacas. Al desarrollarse ("diferenciarse") en el tejido cardíaco, las CDC pueden revertir el daño infligido por las enfermedades. Sin embargo, se sabe poco sobre su seguridad y sus beneficios terapéuticos en los niños.

Para abordar este problema, estos investigadores pusieron en marcha los primeros pasos para evaluar esta terapia en niños que sufren de DCM. En un estudio publicado en 'Science Translational Medicine', el equipo no sólo mostró la eficacia de los CDC para reponer los tejidos dañados en la MDC, sino que también reveló cómo ocurre esto.

El primer paso de cualquier ensayo cuando se prueba un nuevo medicamento o terapia es utilizar modelos animales que reaccionan de manera similar a los humanos, lo que nos muestra si el tratamiento es seguro y tiene el efecto deseado. Así, para empezar, los investigadores probaron este método en cerdos, induciendo síntomas cardíacos similares a los del DCM y tratándolos con diferentes dosis de CDC o un placebo. En aquellos a los que se les dio el tratamiento con células madre, los científicos notaron rápidas mejoras en la función cardíaca. El músculo cardíaco se engrosó, permitiendo que se bombeara más sangre por todo el cuerpo. Esto revirtió efectivamente el daño inducido en los corazones de los cerdos, un resultado alentador que los llevó a progresar a pequeños ensayos controlados en humanos.

Su ensayo en fase 1 involucró a cinco jóvenes pacientes que sufrían de DCM. Los científicos ahora tenían una mejor idea de la dosis adecuada de MDC para dar a sus jóvenes pacientes, gracias a los ensayos preclínicos en animales. Un año después de la inyección, los pacientes no mostraron ningún signo de efectos secundarios severos del tratamiento, pero lo más importante, había signos alentadores de una mejoría en la función cardíaca. Los autores son cautelosos: basados en el pequeño tamaño de la población de su estudio, no pueden establecer una conclusión sólida. Sin embargo, están satisfechos de que el tratamiento de los CDC parece suficientemente seguro y eficaz para progresar hacia un ensayo clínico más amplio.

Otro hallazgo importante fue el mecanismo a través del cual los CDC realmente conducen a una mejor función cardíaca. De hecho, sus análisis revelaron que las células trasplantadas secretan pequeñas vesículas llamadas "exosomas", que están enriquecidas con proteínas llamadas "microARN" que inician toda una cascada de interacciones moleculares.

Estos exosomas enriquecidos con microARN tienen dos efectos. En primer lugar, bloquean las células que inducen el daño para que no causen más daño al tejido del corazón. En segundo lugar, induce la diferenciación de las células madre en células cardíacas plenamente funcionales ("cardiomiocitos"), iniciando el proceso regenerativo. Esto genera la esperanza de que la inyección de estos exosomas por sí sola podría ser suficiente para revertir este tipo de daño cardíaco en los pacientes, pasando por alto la necesidad de los CDC en primer lugar.

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