Europa Press
20 oct 2020. 13.14H
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MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Con la llegada del COVID-19, son muchos los que han cambiado el lugar de trabajo de la oficina a los hogares, un hecho que ha provocado que aumente el número de personas que sufre el 'síndrome visual informático', que consiste en irritación ocular, visión borrosa, fatiga visual o dolor de cuello y hombros, advierte la Sociedad Española de Oftalmología.

Este síndrome, el cual afecta a alrededor del 90 por ciento de las personas que hacen uso del ordenador más de tres horas seguidas al día, está provocado por la definición de los caracteres, el reducido nivel de contraste, la presencia de deslumbramientos o los reflejos en el monitor hacen que la intensidad con la que los ojos trabajan delante de una pantalla sea superior a la que lo hacen frente a una página de un libro o una revista.

Por ello, la sociedad ha elaborado una lista de recomendaciones para cuidar de la vista durante las horas de trabajo. Así, recomienda recurrir a la regla del 20-20-20. Esta norma consiste en descansar la vista cada 20 minutos a lo largo de 20 segundos cuando se está frente a una pantalla. La mejor forma de hacerlo es fijar la vista en cualquier objeto que esté a 20 pies, es decir, seis metros.

Cuando la vista trabaja durante un tiempo prolongado y concentrado en las pantallas provoca que los ojos tengan que hacer un esfuerzo de enfoque. Por su parte, se produce, además, una reducción del número de parpadeos (un ojo parpadea alrededor de 17 veces por minuto, mientras que delante de una pantalla, lo hace 4 veces por minuto), lo que hace que aumente la sequedad ocular. Es por ese motivo que, gracias al uso de esta técnica, se reduce el estrés que sufren los ojos cuando fijan la mirada durante un tiempo prolongado a una distancia corta.

Además de tomar los tiempos de descanso recomendados, la colocación de los dispositivos es un factor determinante para dañar la vista lo menos posible. Es por eso que, el primer paso, es ubicar el lugar de trabajo en otro donde se eviten las corrientes de aire y haya una iluminación adecuada para reducir la sequedad ocular.

En segundo lugar, los dispositivos han de estar colocados a una distancia óptima que debe ser de entre 50 y 60 cm. A su vez, es importante ajustar la resolución y el contraste del monitor, ya que cuanto mayor sea la resolución de éste, más clara será la imagen. Destacar que el monitor no debe ser ni demasiado intenso ni demasiado tenue para que sea correcto.

No obstante, desde la sociedad se recomiendan acudir médico oftalmólogo que pueda, con su análisis, diagnosticar la causa de la fatiga visual y recuerdan que el diagnóstico precoz puede evitar consecuencias mayores.

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